Por @Wicho — 17 de julio de 2018

Los International Commercial Experiments, de Experimentos Comerciales Internacionales, son una de las últimas adiciones a la Estación Espacial Internacional. Instalado en el laboratorio Columbus su base está en un chásis que da soporte físico y conexiones de datos y electricidad a unos experimentos que van metidos en unos cubos. Se puede acceder desde tierra a cada uno de los experimentos, tanto a los datos que va recogiendo como para darle órdenes.

La idea es que al ofrecer un estándar físico y de datos sea más fácil diseñar experimentos que luego se pueden mandar a la EEI para misiones con una duración estándar de cuatro meses, aunque se puede prorrogar. Al final se pueden recuperar todos los datos en un pincho USB, además de lo que se haya recibido por telemetría y, si es necesario, el cubo en sí, que viaja de vuelta a Tierra en una Dragon de carga.

Alexander Gerst, convenientemente provisto de una pulser para evitar descargas de electricidad estática, instala en este vídeo los dos primeros ICE Cubes, ambos para la Universidad Internacional del Espacio.

Uno de ellos tiene como objeto estudiar el comportamiento en caída libre de bacterias productoras de metano. Quizás en el futuro podamos usarlas para producir combustible en el espacio o para hacer minería de un asteroide mediante procesos biológicos. El otro está a medio camino entre una demostración de tecnología y una instalación artística interactiva, pues para usarlo una persona se pone monitor de frecuencia cardíaca, frecuencia cardíaca que es enviada al cubo en el espacio donde un caleidoscopio reacciona a la frecuencia cardíaca del usuario y el cubo manda de vuelta imágenes de la imagen producida.

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