Por @Wicho — 23 de agosto de 2017

Panel de control del LRV

Hace poco me sorprendió ver lo que al principio tomé por una brújula en una foto del panel de control de los Lunar Roving Vehicle que usaron los astronautas de la NASA a partir de la misión Apolo 15 porque la Luna no tiene campo magnético con el que una brújula pueda interactuar.

Pero es que en realidad no se trata de una brújula sino de un indicador de rumbos similar al que se puede ver en cualquier avión y que no necesita de la presencia de ningún campo magnético para funcionar, ya que basa su funcionamiento en el de los giroscopios.

Este indicador de rumbos formaba parte del sistema de navegación del rover junto a cuatro odómetros extremadamente precisos que medían el giro de cada una de las ruedas, incluyendo cuando estas resbalaban o giraban sin hacerlo avanzar.

Una especie de ordenador analógico digital conocido como Signals Processing Unit, o Unidad de Procesado de Señales, se encargaba de monitorizar continuamente los datos que recibía del indicador de direcciones y de los odómetros para que los astronautas pudieran saber en cada momento cuanta distancia llevaban recorrida y en qué dirección estaba el siguiente punto programado en su camino.

Pero sobre todo, tenía un modo de funcionamiento en el que el indicador de dirección pasaba a apuntar siempre en la dirección del camino más corto al módulo lunar, modo diseñado para situaciones de emergencia y que afortunadamente nunca tuvo que ser utilizado.

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Para poner en funcionamiento el sistema había que inicializarlo midiendo el ángulo en el que apuntaba el rover con respecto al Sol usando la pieza con una especie de aguja que se ve desplegada en la parte superior del panel de control. Para ello había que levantarla hasta que la sombra de la aguja cayera en la escala graduada que tiene debajo. Esa medición, añadida a la de los ángulos de cabeceo y alabeo del rover, que se medían con sendos indicadores, permitía establecer la posición del norte geográfico de la Luna con un error menor de un grado.

Y a partir de ahí, a tirar millas. Sin necesidad de GPS ni moderneces similares.

En Lunar Roving Vehicle Navigation System Performance Review [PDF] hay una descripción del funcionamiento y los componentes del sistema de navegación de los LRV. En las tres misiones en las que se utilizaron (Apolo 15, 16 y 17) registraron un error final menor de 600 metros, que era el criterio de diseño exigido.

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