Con años de retraso sobre lo previsto –tenía que haber sido en 2013– Irán llevaba a cabo el primer lanzamiento orbital de su cohete Simorgh el 27 de julio de 2017, lanzamiento que marcó también el estreno del Centro Espacial Imán Jomeini.
El Simorgh es el segundo lanzador desarrollado por la Agencia Espacial Iraní y es capaz de poner en órbita baja terrestre –500 kilómetros– un satélite de hasta 250 kilos.
Esto multiplica por cuatro la capacidad de la que disponían hasta ahora con el Safir, capaz de colocar cargas de hasta 60 kilos en órbitas de entre 300 y 450 kilómetros como por ejemplo el Omid, el Rasad 1, el Navid y el Fajr, que son los cuatro satélites que Irán lleva lanzados hasta la fecha por medios propios. Además permite colocarlos en órbitas más altas y por tanto más duraderas, ya que estos cuatro satélites tuvieron misiones cortas porque estaban en órbitas relativamente bajas.
Lo que pasa es que según la fuente que consultes en este lanzamiento el Simorgh alcanzó con éxito su objetivo (o no).
El primer lanzamiento con carga de un Simorgh está previsto que ponga en órbita el satélite Toloo, diseñado para captar imágenes con una resolución de 50 metros.