SLIM fotografiado haciendo el pino por el rover LEV-2, cuyas ruedas se ven en primer plano a ambos lados de la parte inferior de la imagen – JAXA
Después de que hayan fallado todos los intentos por ponerse en contacto con él tras una última comunicación el pasado 28 de abril la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA) ha decidido dar por finalizada la misión del aterrizador lunar SLIM.
SLIM, de Smart Lander for Investigating Moon, Aterrizador inteligente para investigación lunar, tenía tres objetivos: aterrizar de una pieza, hacerlo con una precisión de menos de 100 metros, y funcionar durante un tiempo una vez posado sobre la superficie de la Luna.
Y consiguió los tres, aunque aterrizara cabeza abajo en lugar tumbado sobre uno de sus lados como estaba previsto, lo que tiene bastante mérito ya que uno de sus motores perdió una tobera en pleno descenso. En cuanto a la precisión del aterrizaje, fueron 55 metros. Para comparar la elipse de aterrizaje del Apolo 11 medía 20 kilómetros de largo por 5 de ancho. Y en cuanto a funcionar un tiempo, no sólo lo hizo durante unas horas tras el aterrizaje sino que sobrevivió a tres noches lunares aún a pesar de no disponer de ningún sistema para mantener sus componentes a una temperatura compatible con la vida electrónica.
La superficie de la Luna vista por SLIM al abrir los ojos a su cuarto día lunar – JAXA
Además durante las horas que estuvo activo tras aterrizar y cada vez que se despertó siguió analizando la composición del suelo y de algunas rocas cercanas a su punto de aterrizaje con su cámara multiespectral.
Con el aterrizaje con éxito de SLIM Japón se une al reducido grupo de países que ha conseguido colocar misiones de una pieza sobre la superficie de la Luna: la URSS (Rusia aún no lo ha conseguido), los Estados Unidos, China y la India.
La misión está (o más bien estaba) en Twitter como @SLIM_JAXA.