Por @Wicho — 11 de abril de 2024


Impresión artística del futuro rover lunar que Japón pondrá para el programa Artemisa – Toyota/JAXA

Esta semana el primer ministro de Japón, Fumio Kishida, está de visita en los Estados Unidos. Y entre otra multitud de anuncios la visita ha servido para que se haga público un acuerdo entre ambos países que incluye «el objetivo común de que una persona de nacionalidad japonesa sea la primera no estadounidense que aterrice en la Luna en una futura misión del programa Artemisa, suponiendo que se alcancen ciertos hitos.»

Esta plaza es además de la que ya estaba comprometida a bordo de la estación lunar Gateway que había sido anunciada a finales de 2022. Esa plaza es a cambio del compromiso de Japón de suministrar los sistemas de soporte vital y de control ambiental, cámaras y baterías para el módulo Lunar I-Hab y las baterías para el módulo de reabastecimiento Lunar View y para el sistema de comunicaciones Lunar Link, que son los tres módulos que la Agencia Espacial Europea (ESA) está diseñando y fabricando para la Gateway y en los que está colaborando Japón.

El compromiso de la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA) incluía también suministrar las baterías del módulo habitable HALO de la NASA y desarrollar una versión avanzada de su carguero espacial conocida como HTV-XG que servirá para llevar suministros a la estación orbital lunar.


Modelo del Lunar I-Hab en las instalaciones de Thales Alenia Space que está siendo utilizado para ajustar el diseño del interior del módulo para que los futuros astronautas puedan desplazarse dentro de él con eficacia y seguridad – ESA/Thales Alenia Space

Pero, aparte de otro tipo de acuerdos geopolítico económicos entre los Estados Unidos y Japón que habrán influido en la decisión, ahora la JAXA se ha comprometido a que Toyota diseñará un rover lunar presurizado para el programa Artemisa. Un poco al estilo del de Mark Watney en El marciano.

Con él las tripulaciones del programa Artemisa podrán hacer expediciones de hasta 30 días por la superficie de la Luna sin necesidad de volver a su nave o a su eventual base cada día. El vehículo, de cuya entrega en la Luna se encargará la NASA, tendrá una vida útil estimada de diez años. Y es sin duda una adición importante y con mucha pegada mediática a los recursos del programa.

El objetivo es que pueda ser utilizado para la misión Artemisa VII y posteriores. Es una misión que ahora mismo tiene como fecha de lanzamiento muy estimada septiembre de 2031. Así que como se suele decir, largo me lo fiáis. De hecho habría que ver si el program Artemisa sigue vivo para entonces. Y yo tengo mis dudas, en especial si China consigue colocar una misión tripulada sobre la superficie de la Luna antes que los Estados Unidos, que pretende hacerlo en septiembre de 2026 –que será más tarde– con Artemisa III. Y no es nada descabellado pensar que pueda ser así.

¿Y la pobre Europa?

Pero en cualquier caso es un jarro de agua fría para Europa, que a pesar de que va a suministrar los módulos de servicio sin los que la cápsula tripulada Orión de la NASA no puede ir a ningún sitio no tiene más que prometidas una plaza en la misión Artemisa IV y otra en Artemisa V. Pero plazas que serán a la estación Gateway y no a la superficie de la Luna.

Esto viene de que Europa hace años decidió cancelar el programa de cargueros espaciales ATV con los que enviaba suministros a la Estación Espacial Internacional (EEI). Con los cinco que lanzó entre 2008 y 2015 cubrió su participación en la EEI NASA hasta 2017. Pero la Estación, si la NASA se sale con la suya, va a seguir en servicio al menos hasta 2030. Y si Europa quiere seguir participando en ella, que obviamente sí, hay que seguir aportando. Y esa aportación han sido los citados módulos de servicio para las cápsulas Orión de las misiones Artemisa I, lanzada con éxito en noviembre de 2022, a Artemisa IV.

Aunque como la ESA también va a proporcionar al menos los módulos de servicio de las misiones Artemisa V y VI además de los ya citados módulos para la estación Gateway de ahí salen las plazas comprometidas para Artemisa IV y V. Plazas, insisto, a la estación, no a la superficie de la Luna.

Así que hasta esta semana nos quedaba la esperanza de que pudiera ser Artemisa VI la primera en la que una persona europea bajara a la superficie de la Luna. Pero ahora ya sabemos que no.

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