Despegue del primer Zhuque-2 – Landspace
El pasado 14 de diciembre la empresa china Landspace lanzaba su primer cohete Zhuque-2. Podía haberse convertido en el primero propulsado por metano y oxígeno líquidos (methalox) en entrar en órbita. Pero el lanzamiento falló por un problema con la segunda etapa. Tras analizar los datos de telemetría y hacer pruebas en tierra la empresa ya sabe por qué falló. Y se confirma, además, que no fue por un problema con sus motores methalox sino con los motores de maniobra que tenían que haber mantenido la trayectoria de la segunda etapa.
En concreto el problema estuvo en que al detenerse el motor de la segunda etapa la fuerza a la que fue sometida la conexión del conducto de oxígeno líquido con la bomba que lo impulsa se rompió, lo que impidió el funcionamiento de los motores de maniobra.
Es un fallo que será corregido para el segundo lanzamiento de un Zhuque-2, que la empresa dice que llevará a cabo en 2023, aunque no dice cuándo. Así que ahora mismo la carrera por ser el primer cohete methalox por entrar en órbita está entre el Terran 1 de Relativity Space, que tiene el próximo 22 de marzo como fecha para su tercer intento de lanzamiento; el Vulcan de ULA, que apunta al 4 de mayo; o el Starship de SpaceX que no se sabe muy bien pero también podría despegar en mayo.
También anda por ahí el New Glenn de Blue Origin, que de hecho usa los mismos motores que el Vulcan. Pero no está nada claro cuando podrá estar listo para un primer intento de lanzamiento. De hecho no está claro que vaya a estar listo antes que el segundo Zhuque-2.
La ventaja de utilizar metano y oxígeno líquidos como propelentes es que aunque tienen un poco menos de impulso específico que el keroseno refinado que se utiliza habitualmente su combustión es muchísimo más limpia, lo que representa una enorme ventaja de cara a la reutilización de los cohetes que los usen.
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