Tras un lanzamiento perfecto la cápsula de carga Dragon CRS 16 viaja rumbo a la Estación Espacial Internacional con bordo 2.573 kilos de experimentos, provisiones para la tripulación, incluyendo algún detallito navideño, y componentes a bordo. Su llegada a la EEI está prevista para el sábado 8, cuando los tripulantes de la Estación la capturarán con el brazo robot a las 12 del mediodía, hora peninsular española, para que luego los equipos de Tierra la acoplen al modulo Harmony.
Esta silueta de la Estación Espacial Internacional pintada en la Dragon 16 indica que ya es veterana de una misión, en concreto la Dragon CRS-10
La sorpresa del día la dio la primera etapa del Falcon 9 bloque 5 que hizo el lanzamiento, pues no consiguió volver a la plataforma de aterrizaje, tal y como estaba previsto. El fallo de la bomba hidráulica que mueve las aletas de titanio que utiliza para dirigir su trayectoria se lo impidió. En su lugar terminó amerizando a pocos cientos de metros de la plataforma.
Engines stabilized rocket spin just in time, enabling an intact landing in water! Ships en route to rescue Falcon. pic.twitter.com/O3h8eCgGJ7
— Elon Musk (@elonmusk) 5 de diciembre de 2018
Esto fue así porque la trayectoria de retorno está programada para apuntar a un punto sobre el agua hasta que unos segundos antes de aterrizar el cohete hace la traslación a la plataforma. Así se aseguran de que si algo falla, salvo que sea muy al final, no caiga sobre la plataforma. Y que si lo hace su velocidad vertical sea prácticamente nula, lo que minimiza los daños. Aún así tras el lanzamiento de la misión SSO-A la primera etapa volvió al Just read The Instructions en lugar de intentar aterrizar de vuelta en el Complejo de lanzamiento 4 de Vandenberg porque hay un Delta 4 Heavy listo en el Complejo 6 para despegar con un satélite militar.
De hecho el amerizaje fue tan suave que la primera etapa quedó a flote y seguía transmitiendo datos minutos después y llevó a cabo su proceso de apagado post–vuelo. SpaceX va a pescarla, claro, y Elon Musk incluso ha dicho que pueden considerar utilizarla en el futuro para alguna misión interna de la empresa.
Es la primera vez que SpaceX pierde la primera etapa de un Falcon 9 desde el 16 de junio de 2016 cuando, tras el lanzamiento de los satélites Intelsat 117 West B y Eutelsat 115 W, uno de los motores de no desarrolló la potencia suficiente y la primera etapa se estampó contra el Of Course I Still Love You.
Musk ha dicho también que las bombas que mueven las aletas no tienen redundancia porque el aterrizaje es un objetivo secundario de la misión, pero que considerarán añadirlas dado lo perfeccionado que tienen el asunto de recuperarlas.
En resumen: un nuevo éxito para SpaceX –recordemos que la recuperación de la primera etapa es un extra– a la que aún le quedan dos lanzamientos más previstos antes de que acabe 2018: el de un satélite GPS IIIA el día 18 y el de 10 satélites Iridium NEXT el día 30.
Ha sido el lanzamiento número 20 del año para SpaceX, que con el del satélite de telecomunicaciones Es’hail-2 en noviembre ya había igualado su récord de 16 lanzamientos en un año, así que desde entonces está batiendo su propio récord con cada lanzamiento. A nivel mundial ha sido el lanzamiento número número 103 de 2018, una cifra de récord desde 1990, en el que hubo en total 121.