Por @Wicho — 29 de mayo de 2024

Esta pasada noche –non era sen tempo, que decimos en mi tierra, pues el contrato para su diseño y desarrollo fue firmado en 2008– un Falcon 9 de SpaceX lanzó con éxito el satélite medioambiental EarthCARE de la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Japonesa de exploración Aeroespacial (JAXA). El satélite tiene como misión estudiar el papel de las nubes y los aerosoles en el clima de nuestro planeta.

Impresión artística de EarthCARE en órbita
Impresión artística de EarthCARE en órbita – ESA

De hecho su nombre viene de Earth Cloud Aerosol and Radiation Explorer, Explorador de Nubes, Aerosoles y Radiación de la Tierra. Aunque care significa cuidar en inglés, con lo que como es habitual el nombre de la misión tiene un doble significado.

Para llevarla a cabo utilizará cuatro instrumentos:

  • El lidar atmosférico ATmospheric LIDar (ATLID), un radar que funciona mediante un láser, que medirá la distribución vertical de aerosoles y nubes en la atmósfera en las zonas que vaya sobrevolando el satélite.
  • El radar de perfilado de nubes Cloud Profiling Radar (CPR), que permitirá estudiar su estructura vertical y la velocidad, distribución en cuanto a tamaño y contenido de agua. Este instrumento es la aportación de la JAXA a la misión. Es la primera vez que ponemos un radar de estas características en órbita.
  • La cámara multiespectro Multi-Spectral Imager (MSI), que captará imágenes de alta resolución en múltiples bandas tanto en el espectro visible como en el infrarrojo, lo que permitirá diferenciar entre diversos tipos de nubes, aerosoles y la superficie de la Tierra y poner en contexto los datos obtenidos por el radar.
  • Y el radiómetro de banda ancha Broad-Band Radiometer (BBR), que permitirá medir con precisión la cantidad de radiación solar reflejada y la radiación térmica saliente emitida por la Tierra, lo que es conocido como el balance energético de nuestro planeta.

Los cuatro permitirán estudiar el papel que desempeñan las nubes y los aerosoles en el reflejo de la radiación solar hacia el espacio, o lo que es lo mismo, en el enfriamiento de la atmósfera, así como en la retención de la radiación infrarroja emitida desde la superficie terrestre, es decir, en el calentamiento de la atmósfera. Los datos obtenidos ayudará también a mejorar los modelos del clima y las predicciones meteorológicas.

EarthCARE está en una órbita sincrónica al Sol de 393,14 kilómetros de altitud y una inclinación de 97,05°. Está diseñado para durar tres años incluyendo una fase de puesta en marcha de seis meses. Pero lo más probable es que dure mucho más.

El satélite en una sala limpia junto con unas personas para dar una idea de su tamaño
EarthCARE con unas personas para dar idea de su tamaño – Airbus/ESA

La misión no tiene una cuenta específica en Twitter, pero pertenece al programa de observación de la Tierra de la ESA, @ESA_EO.

Los planes originales para el lanzamiento de EarthCARE pasaban por utilizar un Soyuz ST, la versión del cohete ruso adaptada para los lanzamientos desde el Espaciopuerto de Kourou. Pero la invasión rusa de Ucrania hizo eso imposible. Y como Europa sigue sin cohetes, aunque a ver si ya por poco, ha habido que recurrir a SpaceX.

La primera etapa del Falcon 9, con el número de serie B1081, volaba en su séptima misión. Y ha podido aterrizar sin problemas en la Zona de aterrizaje 4 de la Base de la Fuerza Aérea de Vandenberg en California.

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