Por @Wicho — 26 de abril de 2016

Despegue del Sentinel1–B
Despegue del Sentinel1–B – ESA–Manuel Pedoussaut, 2016

Tras dos aplazamientos debido a las condiciones meteorológicas y un tercero por motivos técnicos debido al fallo de un componente de la etapa Fregat rápidamente solucionado por Roscosmos al sustituir el módulo problemático por otro que «tanían por ahí» el Soyuz ST-A que llevaba a bordo al Sentinel1–B y sus compañeros de viaje despegaba del espaciopuerto de Kourou a las 21:03:12 del 25 de abril de 2016.

Separación de la cofia protectora

Así, tras un ascenso por el libro, la etapa Fregat liberaba al Sentinel1–B en su punto de entrega orbital a los 23 minutos y 34 segundos del despegue, dejándolo listo para lo que se conoce como fase LEOP, de Launch and Early Orbit Phase, Fase de Lanzamiento y Órbita Temprana.

Los primeros pasos de esta fase fueron establecer contacto con las estaciones de seguimiento en tierra, y comenzar el despliegue de sus paneles solares y de su antena de radar; un momento muy importante fue el despliegue y orientación del primero de los paneles solares, ya que a partir de ese momento Sentinel1–B generaba más electricidad de la que consumía y dejaba de depender para su funcionamiento de sus baterías internas.

Estas operaciones, que dejan configurado físicamente al satélite para su funcionamiento, terminaron a las 8:04:01 UTC del 26 de abril de 2016, con lo que ahora toca comprobar el correcto funcionamiento de todos los sistemas de a bordo y calibrar el radar.

Además, habrá que ajustar la órbita del Sentinel–1B para que ocupe la misma órbita que el 1A pero una posición a 180º de este, de tal modo que entre ambos cubran cualquier punto de la superficie de la Tierra con un intervalo máximo de seis días.

Si todo va según lo previsto el Sentinel1–B será declarado completamente operativo en septiembre de 2016.

Impresión artística de un Sentinel–1 en órbita
Impresión artística de un Sentinel–1 en órbita

Los radares de apertura sintética de banda C de los dos Sentinel1 les permiten dirigir el haz del radar a puntos que no están exactamente debajo del satélite sin mover la antena, lo que les da mayor cobertura. Con ellos pueden obtener imágenes de las superficies terrestre y oceánica de Europa, Canadá y las regiones polares en cualquier momento del día o la noche y en todas las condiciones meteorológicas, ya que el radar atraviesa las nubes y le da igual que sea de noche o de día.

Esto les da la capacidad detectar y vigilar vertidos de crudo y su evolución, estudiar las banquisas de hielo, detectar los desplazamientos de la superficie de la tierra como por ejemplo los que se producen tras un terremoto, analizar los usos del terreno, e incluso contribuir a la navegación marítima con su capacidad de detectar embarcaciones.

El terremoto de Chile visto por el Sentinel-1A
El terremoto de Chile de septiembre de 2015 visto por el Sentinel1–A

Incendio en Acebo
Incendio en Acebo, España, visto por el Sentinel1–A. En este mapa cuanto más roja una zona del mapa, mayor el nivel de destrucción causado por el incendio

El Sentinel1–A y el 1–B forman parte de Copérnico, una red de vigilancia medioambiental que mantiene bajo observación la superficie de la Tierra, los océanos, y la atmósfera con el objetivo de poder contribuir a la toma de decisiones ambientales y de seguridad y que da acceso público a toda la información que recoge.

Por su parte los satélites Sentinel-2, de los que el 2-A ya ha sido lanzado, proporcionan imágenes de alta resolución en la banda del espectro visible; los Sentinel-3, de los que el 3–A también está en órbita ya, proporcionan datos de temperatura del mar, lagos, ríos y otros cuerpos de agua, temperatura de la superficie de la tierra, altura de las olas, velocidad del viento, etc.

Los Sentinel-4 y 5 medirán la composición de la atmósfera, aunque no son satélites independientes sino que volarán como parte de la carga de los Meteosat de tercera generación y los MetOp de segunda generación.

Además, Copérnico recibe datos no sólo de sus propios satélites sino también de otros satélites como el Jason estadounidenses o los DMC británicos, por citar algunos; del mismo modo, los datos de Copérinco forman parte del sistema global de observación de la Tierra GEOSS, Global Earth Observation System of Systems.

Junto al Sentinel1–B viajaban como cargas secundarias los OUFTI-1, AAUSAT-4, e-st@r-II y el satélite Microscope, todos los cuales fueron colocados en sus órbitas programadas por la etapa Fregat sin ningún problema antes de inmolarse con una reentrada controlada en la atmósfera.

Microscope, de Micro-Satellite à traînée Compensée pour l’Observation du Principe d’Equivalence, va a comprobar con mayor precisión que nunca el principio de equivalencia débil de la relatividad general, ese que dice que objetos de masa y composción distinta experimentan la misma aceleración gravitatoria.

Impresión artística de Microscope en órbita
Impresión artística de Microscope en órbita

En cuanto a los CubeSat, AAUSAT-4 lleva un receptor para identificar y seguir el movimiento de barcos una vez que se alejan de la costa; e-st@r-II lleva a bordo un sistema para determinar la actitud de un satélite tomando como referencia mediciones del campo magnético terrestre; y OUFTI-1 tiene como objetivo probar un nuevo sistema de comunicaciones tierra-satélite.

(Gracias, Ramón).

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