Por @Wicho — 13 de Marzo de 2017

El pasado 1 de marzo de 2017 Zero 2 Infinity llevaba a cabo el primer lanzamiento de uno de sus cohetes Bloostar desde 25 kilómetros de altitud sobre el golfo de Cádiz, aunque el control de la misión estaba en las instalaciones del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) en El Arenosillo (Huelva).

Aunque se trataba de un cohete completo como en este caso el objetivo no era ponerlo en órbita sino probar varios sistemas de comunicaciones y la aviónica de a bordo sólo utilizaron uno de sus motores.

En concreto los objetivos de este lanzamiento eran:

  1. Comprobar el funcionamiento de los sistemas de telemetría –transmisión de datos– en condiciones reales de lanzamiento.
  2. La correcta ignición de los motores, aunque, como decía antes, en este caso sólo utilizaron uno.
  3. La estabilización del cohete colgado del globo para su lanzamiento.
  4. El seguimiento a distancia de la secuencia de lanzamiento.
  5. El despliegue del paracaídas que permitirá recuperar la primera y la segunda etapa del cohete; la tercera se pierde en cada lanzamiento porque es la que entra en órbita.
  6. La recuperación de éste en el mar.

Bloostar es un cohete de tres etapas que está diseñado para poner en órbita satélites de un máximo de 100 kilos de peso –75 si es a una órbita sincrónica con el Sol– con un volumen de hasta 2,4 metros cúbicos con un precio de unos 4 millones de dólares por lanzamiento; también es posible usar Bloostar para llevar cargas de hasta 6 toneladas a altitudes de entre 20 y 40 kilómetros y luego recuperarlas.

Pero a diferencia de otras empresas que usan cohetes lanzados desde aviones como Orbital con el Stargazer, Virgin Galactic con su Cosmic Girl, o Celestia Aerospace con su Archer–1 la idea de Bloostar es utilizar un globo lanzado desde una plataforma flotante para elevar el cohete hasta una altitud de unos 25 kilómetros y desde allí, tras soltarlo, encenderlo para colocar los satélites en órbitas de hasta 600 kilómetros.

Bloostar a órbita

Lanzar desde esa altitud supone que estás por encima de la parte más densa de la atmósfera, con lo que reduces la resistencia de esta y el estar casi en el vacío hace que el combustible fluya hacia los motores sin necesidad de turbobombas, lo que los hace más simples y fiables.

Según la empresa todos los objetivos de este primer lanzamiento se llevaron a cabo con éxito. Ahora les queda procesar los datos recogidos, incorporar los cambios que se deriven de ellos en el diseño, y seguir avanzando hacia un lanzamiento que supere la línea de Kármán.

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