El Webb durante su acoplamiento al Ariane 5 que lo va a lanzar – ESA-M.Pedoussaut
Después de tantos años de retrasos que el telescopio espacial James Webb esté en la recta final de su procesado para el lanzamiento es casi un milagro. Pero, muy en su línea, no para de sufrir pequeños retrasos y ahora no se prevé que se pueda lanzar hasta el 24 de diciembre como muy pronto. Que sí, que son sólo dos días de retraso frente a la última fecha anteriormente prevista. Pero son casi peores que cuando se atrasaba meses y meses o años porque entonces aún se veía su lanzamiento como algo muy lejano y eternamente pospuesto.
El motivo de este enésimo retraso es un problema de comunicaciones entre el Webb, ya completamente cargado de combustible e instalado en lo alto del cohete que lo va a lanzar, y el cohete en cuestión. La NASA, que cree que el problema está en un equipo de tierra y no en el cohete ni en el telescopio, promete más información para el día 17. Así que por ahora toca esperar de nuevo. Que tampoco es cuestión de liarla ahora por unos pocos días después de tantos años (24, para ser más concretos) y miles de millones de dólares.
De todos modos el lanzamiento es casi lo que menos da. Una vez de camino a su órbita de trabajo en el punto de Lagrange L2 del sistema Tierra–Sol el Webb tiene que desplegarse en un origami inverso con ni más ni menos que 344 posibles puntos de fallo únicos que durante un mes nos tendrán mordiéndonos las uñas.
Pero con su enorme espejo –el más grande que jamás hayamos enviado al espacio– y con la sensibilidad de sus instrumentos las expectativas son altas; gracias al Webb esperamos ver el universo con una profundidad y detalle nunca antes vistos.
El telescopio está en Twitter como @NASAWebb por la parte que le toca a la NASA y como @ESA_Webb por la parte que le toca a la Agencia Espacial Europea (ESA).
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¹ Anda que no molaría compartir cumpleaños con el Webb.
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