En este vídeo de Seeker Julian Huguet calcula en plan rápido la cantidad de emisiones contaminantes de CO₂ que suponen los lanzamientos de cohetes al espacio. El resultado es que no demasiado: unas 1.350 toneladas de CO₂ por lanzamiento.
Para los cálculos se utilizan los datos del Falcon Heavy y sus tres cohetes lanzadores cargados a tope de combustible. No es un cálculo trivial ni exacto porque muchos de los datos son confidenciales, pero la forma de aproximarlo es:
- El 95% del cohete es combustible y oxígeno líquido: 425 toneladas.
- El combustible es RP-1 (keroseno refinado).
- El 86% del RP-1 es carbono, que se combina con oxígeno líquido.
- Esto son unas 365 toneladas de carbono.
- … Que combinadas con oxígeno (O₂) serían 1.352 toneladas de CO₂.
Aunque tantas toneladas parezcan muchas es fácil entender, como luego explica, que son equivalentes a lo que contaminan unos 300 automóviles promedio circulando durante todo un año, dado que un coche emite unas 4,6 toneladas de CO₂ anualmente.
Esto no parece mucho en comparación con los millones de coches que circulan cada día por cualquier país, incluso aunque se lanzaran cohetes a diario. Actualmente «sólo» hay unos 80 o 90 lanzamientos de cohetes al año.
Lo que no entran en el cálculo son otras consecuencias medioambientales del lanzamiento de cohetes que son más difíciles de calcular como las del carbono negro, el óxido nítrico el óxido nitroso y sus respectivos efectos sobre la capa de ozono. La parte buena es que, como ya ha demostrado SpaceX, a día de hoy gran parte de los cohetes son reutilizables para varios lanzamientos.
Peor parece, a simple vista, el problema que están teniendo los astrónomos por el despliegue de miles de satélites que producen contaminación lumínica dificultando las observaciones de los astrónomos. O el de la «basura espacial».
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