Por @Wicho — 17 de Agosto de 2024

Foto del satélite con personas al lado
LUR-1 y su equipo – AVS

Una de las cargas útiles de la misión Transporter 11 de SpaceX era el satélite de observación terrestre LUR-1. Diseñado y construido por la empresa AVS (Added Value Solutions, Soluciones de valor añadido), es el primer artificial íntegramente diseñado y construido en el País Vasco.

Esto es un matiz importante porque también se podría considerar como primer satélite vasco al Urdaneta, otro satélite de observación terrestre puesto en órbita en la misión Transporter 5 el 25 de mayo de 2002. Pero en el caso de Urdaneta aunque el instrumento principal del satélite, la cámara iSIM-90, era un diseño de la empresa vasca Satlantis el resto del satélite lo había construido la empresa lituana NanoAvionics.

Además, para complicar todo un poco más, su desarrollo fue contratado por Armenia. Y de hecho se le conoce oficialmente como Urdaneta–Armsat_1. Está previsto el lanzamiento del Urdaneta–Armsat_2 antes de que termine este año.

En cualquier caso, de vuelta al LUR-1, y tras un pequeño susto porque el control de la misión no pudo ponerse en contacto con él anoche, los equipos de tierra ya trabajan desde este mediodía en comprobar su salud y su puesta en marcha.

Ilustración del LUR-1 y sus componentes
LUR-1 y sus componentes – AVS

Como decía arriba LUR-1 es un satélite de observación terrestre –lur significa tierra en euskera– que monta una cámara multiespectro de siete bandas que cubren desde la luz visible al infrarrojo cercano capaz de obtener imágenes con una resolución de 1,5 metros por pixel desde su órbita de 515 kilómetros de altitud. Permitirán estudiar el uso y cambios de la tierra y las costas tanto del País Vasco como de otros lugares que sobrevuele.

Como carga útil extra lleva un experimento de comunicaciones cuánticas bautizado como QKD desarrollado íntegramente por AVS. Y el nombre de nuestro admirado Daniel Marín y el logo de su blog Eureka van grabados en una de sus cubiertas.

Se estima que LUR-1 esté activo cinco años. Pero para no quedar convertido en basura espacial al final de la misión monta un dispositivo conocido como MICE, de Mechanical Interface for Capture at End-of-Life, Interfaz mecánico para la captura al final de la vida, que permitirá que otro satélite lo agarre por él y lo desorbite. MICE forma parte de una iniciativa de la Agencia Espacial Europea para la lucha contra la basura espacial y ha sido desarrollado en colaboración con GMV.

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