Por @Wicho — 3 de octubre de 2017

Módulo NEM

Allá por 2009 Rusia presentó un plan a sus socios de la Estación Espacial Internacional para añadir hasta cuatro módulos más a la EEI.

La idea era que pudieran dotar de autonomía al segmento ruso si en algún momento los demás socios optaban por no seguir manteniendo en servicio la Estación. Así, bastaría con desacoplar el módulo Zaryá del Unity y quedarían dos estaciones en órbita… aunque teniendo en cuenta que Zaryá es propiedad de los Estados Unidos antes tendrían que tener lugar unas interesantes negociaciones. Pero esa es otra historia.

Estos cuatro módulos era el UM, un módulo que actuaría como nodo para los demás, Nauka, un laboratorio espacial, y dos Módulos de Ciencia y Energía conocidos como NEM-1 y NEM-2 que sirven tanto de espacio habitable como de laboratorio como para producir energía con sus paneles solares.

Según los planes originales el módulo nodo iba a ser lanzado en 2013, igual que Nauka, mientras que los NEM serían lanzados en 2014 y 2015.

Nauka y UM acoplados a la EEI

Pero no sólo no se ha cumplido ninguna de esas fechas sino que acaba de saberse que el NEM–1 se va a retrasar de nuevo, en esta ocasión al menos hasta 2021. El motivo es que Rusia carece de los fondos para acometer los trabajos necesarios en el sistema de propulsión, el mecanismo de orientación de los paneles solares, los paneles solares propiamente dichos, el sistema de telemetría y las baterías que las últimas pruebas realizadas en los prototipos de los distintos segmentos del NEM–1 han revelado que son necesarios.

En cuanto a Naukas las últimas previsiones hablaban de 2018, pero ni Roscosmos se lo cree, por lo que de hecho ha reducido la tripulación del segmento ruso de la EEI a dos personas; el módulo UM también debería haber sido lanzado en 2018, pero…

Y es que construir naves espaciales no es sencillo ni barato.

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