Asterank es una base de datos «científica y económica» que recopila información sobre más de 600.000 asteroides con datos como su composición principal —níquel, hierro, cobalto, agua, nitrógeno,...—, distancia y masa. Con esos datos Asterank calcula cuál es su valor económico y cuáles serían los beneficios previstos en caso de que alguien fuera allí a montar una explotación minera, al más puro estilo relato de Asimov¹.
La base de datos muestra además la posición de cada asteroide en un mapa animado en 3D así que no hay excusa, no tienen pérdida. La información científica de Asterank procede del Minor Planet Center y los cálculos económicos son eso, cálculos. Eso sí, todas la valoraciones rondan en los miles de millones de dólares — así que la motivación es buena.
Según Wired, ya hay proyectos en desarrollo para la minería de asteroides, de compañías como Planetary Resources o Deep Space Industries. Esta última anticipa la respuesta a la pregunta sobre si la minería de estaroides es legal (TL;DR: Sí). Deep Space Industries plantea la construcción de instalaciones para el procesamiento y la fabricación directamente en el espacio.
De forma más concreta, la sonda japonesa Hayabusa 2, lanzada en 2014, viaja con destino al asteroide Ryugu (“valorado” en 95.000 millones de dólares) con la misión de obtener muestras. En un perfecto caso de minería espacial a lo Harry Stamper, la sonda va provista de explosivos para profundizar en las entrañas del asteroide en 2018, y volver a tierra cargada de regalos en 2020.
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1. Estoy en Puertomarte sin Hilda, 1972.