Por Nacho Palou — 30 de noviembre de 2016

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La cápsula Alina junto con el rover lunar (derecha) del equipo PTScientists / Audi.

La competición Google Lunar X Prize anima a los equipos participantes, 16 en la actualidad, a desarrollar y llevar a cabo una misión con destino la luna («un paseíto de nada», que diría Matt Kowalski), financiándose únicamente con capital privado.

Con ese fin el equipo alemán PTScientists han desarrollado un par de rover lunares en colaboración con Audi (el fabricante de coches) y ya ha decidido cuál será el objetivo de sus vehículos: alunizarán a 3 o 4 kilómetros del lugar donde se posó el Apolo 17 (la última misión del programa Apolo, en 1972) y desde allí estudiarán desde unos 200 metros de distancia los restos del rover lunar que la NASA dejó allí aparcado hace 45 años — si es que todavía no se lo ha llevado la grúa.

Las distancias mencionadas tienen que ver con las limitaciones impuestas desde la NASA. La agencia espacial ha establecido que los aterrizajes deben tener lugar a al menos 2 kilómetros de los lugares de aterrizaje originales, y no aproximarse a ellos a menos de 200 metros; el objetivo es preservar esos lugares históricos.

Entre los experimentos que realizaran sendos vehículos, uno de ellos consistirá en fundir el polvo del suelo de la luna (el regolito lunar) con un rayo láser con el fin de estudiar sus posibilidades como materia prima para impresoras 3D en misiones furuas (que puedan construir estructuras directamente en la luna); y también tratarán de hacer crecer una planta en un recipiente a bordo del rover, dicen en New Scientist.

La misión debería llevarse a cabo en algún momento del año que viene (2017) y utilizará como vehículo lanzador un cohete Falcon 9 de SpaceX.

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