Por @Wicho — 26 de febrero de 2020

Impresión artística del rover de la misión en Marte - ESA
Impresión artística del rover de la misión en Marte - ESA

La Agencia Espacial Europea y Roscosmos acaban de anunciar una rueda de prensa conjunta para el próximo 12 de marzo en la que hablarán de la misión ExoMars 2020 y de su progreso de cara al lanzamiento. Pero lo cierto es que tiene pinta de que más bien van a anunciar un aplazamiento del lanzamiento.

Por una parte siguen sin resolver los problemas con los paracaídas que tienen que frenar el descenso del aterrizador aunque las pruebas hechas en túneles de viento de la NASA han ido bien. Pero hay que probarlos en el MundoReal™ y los lanzamientos a gran altitud que se iban a hacer en febrero ya han sido aplazados al menos hasta marzo.

RussianSpaceWeb.com, por su parte, habla además de problemas con el software de a bordo, que por lo visto dista de estar listo. Cabe la opción de lanzar igual en la ventana de 2020 y hacer la actualización sobre la marcha. Pero eso da apenas unos meses para tener el software listo. Y las prisas nunca son buenas.

Por si esto fuera poco durante las pruebas en cámara térmica se ha descubierto un problema con el sistema de despliegue de los paneles solares. Básicamente un pegamento que sujeta las bisagras se ha despegado con el frío. El equipo de la misión está trabajando en una solución, pero habrá que probar su validez.

Componentes de la misión – ESATodo esto tiene que estar solucionado para que dé tiempo para hacer las pruebas de integración del conjunto: el rover dentro de su aterrizador que a su vez va dentro de una cápsula protectora que va unida a una etapa de crucero que los llevará a Marte.

La ventana de lanzamiento de 2020 para esta misión se abre el 25 de julio y dura cuatro semanas. Así que la ESA y Roscosmos no van precisamente sobrados de tiempo. Las previsiones –no oficiales– más optimistas están hablando de un 50% de posibilidades de que haya que esperar a la siguiente ventana de lanzamiento; otras lo dan casi por hecho.

El problema de la ventana de lanzamiento de 2022 es que implicaría llegar a Marte durante la temporada de tormentas de polvo, con lo que las condiciones atmosféricas para el aterrizaje estarían bastante al límite. Además el aterrizaje se produciría poco antes de que Marte quedara al otro lado del Sol, lo que interrumpiría las comunicaciones.

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