Con unos cinco años de retraso –su primer vuelo estaba planeado originalmente para 2016– la NASA tiene por fin montado un cohete SLS completo con una cápsula Orión como carga útil. Será el que lance la misión Artemisa I. Es un paso muy importante para la NASA y para Boeing, el contratista principal del cohete; es la primera vez desde 1972 que tenemos un cohete listo –o casi– para ir a la Luna en una misión tripulada.
Pero aún quedan toda una serie de pruebas antes de poder darlo como listo para el vuelo. Ls pruebas se dividen en cinco grandes apartados:
- Pruebas de verificación de interfaces en las que se comprueba que los distintos componentes principales y sistemas se comunican correctamente entre ellos.
- Pruebas de ingeniería específicas que comprueban el funcionamiento de diversos sistemas en concreto.
- Pruebas de comunicaciones de extremo a extremo que sirven para comprobar que tanto el núcleo principal del cohete como la segunda etapa como la propia cápsula Orión se comunican correctamente con el control de la misión.
- Pruebas de secuenciado de la cuenta atrás en las que se lleva a cabo una cuenta atrás de lanzamiento simulada dentro del edificio de ensamblado de vehículos (VAB) para comprobar el software de lanzamiento y el secuenciador de lanzamiento. El día del lanzamiento, el software de lanzamiento entrega el cohete y la nave espacial al secuenciador de lanzamiento unos 30 segundos antes del lanzamiento.
- Pruebas de carga de combustible que demuestran la capacidad de cargar propelentes en el cohete. Se harán en la plataforma 39B, que es desde la que despegará la misión. También servirá para comprobar ha capacidad de reciclar el cohete y los sistemas asociados a T-10 minutos por si se produjera la cancelación de un lanzamiento.
Con todo el trabajo que queda por hacer la NASA estima que, como muy pronto, Artemisa I podrá despegar el 12 de febrero de 2022. Pero no será sino hasta después de terminar la campaña de pruebas cuando confirmen esta fecha u otra posterior. La misión, que pondrá una cápsula Orión no tripulada en órbita alrededor de la Luna y luego la traerá de vuelta a la Tierra, tiene ventanas de lanzamiento también en marzo y abril.
El cohete en el edificio de ensamblado de vehículos – NASA
Si todo va bien Artemisa 2, con cuatro tripulantes a bordo, podría despegar a finales de 2023. En esa misión orbitarían la Luna pero sin descender a su superficie.
La misión en la que tendrá lugar un aterrizaje tripulado, por primera vez con una mujer a bordo, será Artemisa 3. La administración Trump quería que se lanzara antes de terminar 2024, el último año completo de Trump como presidente de los Estados Unidos si hubiera sido reelegido. Pero en esta casa siempre nos ha parecido poco probable que se pudiera cumplir esa fecha. Y menos ahora que el desarrollo del necesario aterrizador lunar está parado en los juzgados.
El SLS está en Twitter como @NASA_SLS; el equipo de tierra de la NASA que lo gestiona está en @NASAGroundSys.
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