Mientras el sistema óptico del Telescopio Espacial James Webb está siendo sometido a las pertinentes pruebas de frío la electrónica del telescopio ha superado por su parte una importante prueba.
Según se puede leer en NASA Tests the Webb Telescope’s Communication Skills dos pruebas realizadas los pasados 24 de mayo y 20 de junio han demostrado que los sistemas de a bordo son capaces de recibir y responder a comandos y de enviar de vuelta los datos de telemetría necesarios, así como datos almacenados en lo «discos duros» del telescopio.
El bus del telescopio –la parte que lleva los sistemas de control, proceso de datos, guiado, propulsores y depósitos de combustible– está en las instalaciones de Northrop Grumman Aerospace Systems en Redondo Beach, California, y allí esperará la llegada del sistema óptico para el ensamblado final.
De allí partirá al espaciopuerto de Kourou, pues el JWST será lanzado por un Ariane 5 ECA, parece que por fin en 2018 tras años de retraso.
Allí se hará otra prueba de comunicaciones, aproximadamente un mes antes del lanzamiento, para simular el establecimiento de contacto entre las estaciones de tierra y el telescopio después del despegue del cohete, lo que debería ocurrir unos tres minutos y medio después.
Luego vendrá el morderse de uñas ya no por el lanzamiento en sí sino por el origami inverso que protagonizará el James Webb para desplegarse.
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