Hace unas semanas la NASA publicaba el vídeo How We Are Going to the Moon en el que explica cómo piensa poner misiones tripuladas en la superficie de la Luna dentro del programa Artemisa.
La receta es básicamente coger una cápsula Orión, ponerla en lo alto de un cohete SLS y mandarla hacia la estación Gateway que está en una órbita halo alrededor de la Luna. Allí les espera un módulo lunar que, gracias a que Gateway pueden modificar su órbita, puede descender sobre cualquier punto de la Luna. Allí les esperan además rovers, material científico y habitáculos que habrán sido colocados antes allí mediante lanzamientos contratados con empresas privadas. Al terminar la misión sobre la superficie lunar vuelven a la estación, se meten de nuevo en la Orión, y vuelven a Tierra con la misión cumplida. Listo.
Impresión artística de un astronauta de la NASA en la Luna en una misión Artemisa - NASA
Pero.
De todo lo descrito en el vídeo únicamente ha sido probado en el MundoReal™ el sistema de escape de la cápsula Orión. La cápsula en si no ha sido lanzada nunca al espacio; lo más parecido, un vehículo similar en tamaño y peso que hizo un vuelo de prueba en 2014. Pero era una cápsula sin módulo de servicio ni paneles solares, entre otras cosas. De hecho la primera cápsula completa –ya con su módulo de servicio– aún está siendo sometida a pruebas térmicas en la Estación de Plum Brook de la NASA, uno de los pasos que tiene que superar antes de ser declarada lista para su primera misión.
Esta misión no tripulada, conocida como Artemisa 1, podría tener lugar en a finales de 2020 –ya será más bien en 2021– si Boeing consigue tener a tiempo la primera versión del cohete SLS, que acumula años y años de retraso y que va pasadísimo de presupuesto. Se trata de una misión en la que la cápsula pasará casi una semana en órbita alrededor de la Luna antes de volver a la Tierra. Una especie de Apolo 8 pero sin nadie a bordo… 52 años más tarde.
Y lo que no está nada claro es cuando Boeing tendrá lista la Exploration Upper Stage que se menciona en el vídeo, una segunda etapa más potente que la provisional que se va a usar en los primeros lanzamientos.
Tampoco está claro cuándo se van a empezar a lanzar los módulos de la estación Gateway. La construcción del módulo de propulsión fue asignada en 2019 a Maxar; la del primer módulo habitable a Northrop Grumman. Pero hasta dónde yo sé en ninguna de las dos se ha empezado a cortar metal y se supone que la NASA tiene que volver a poner una misión tripulada sobre la superficie de la Luna en 2024.
Teniendo en cuenta lo cogido con pinzas que está el desarrollo de los distintos elementos y que a la agencia le han dado un 40% menos de dinero del que había pedido en 2020 para Artemisa sigo convencido de que no será en 2024 cuando la NASA vuelva a la Luna.
De ahí lo de «casi de ciencia ficción« del título de esta anotación. Aunque es muy cierto que en el vídeo no se menciona ninguna fecha. No vaya a ser, supongo.