Por @Wicho — 17 de Mayo de 2024

La historia de la misión ExoMars de la Agencia Espacial Europea (ESA) da para varios culebrones. Pero en su último capítulo la agencia europea y la NASA han firmado un acuerdo en el que retoman su colaboración para hacer aterrizar el rover Rosalind Franklin en Marte.

El rover es la segunda parte del programa ExoMars, que en 2018 puso el Trace Gas Orbiter (TGO) en órbita alrededor de Marte. El TGO, además de estudiar la composición de la atmósfera marciana, tiene como objetivo actuar como relé de comunicaciones para el rover. Junto con el TGO viajaba Schiaparelli, una plataforma para comprobar las tecnologías que la ESA y Roscosmos, en aquel momento parte del programa, iban a utilizar para hacerlo aterrizar en el planeta rojo.

Pero Schiaparelli no lo consiguió. Y otros problemas variados, incluyendo la pandemia de covid 19, fueron retrasando el lanzamiento de Rosalind Franklin. Hasta que a principios de 2022 todo parecía listo para lanzar ese otoño. Aunque la invasión de Ucrania por parte de Rusia dio al traste con todo ya que la ESA suspendió sus proyectos conjuntos con Roscosmos, la agencia espacial rusa, incluyendo ExoMars. Eso dejó al rover sin cohete lanzador –iba a ser un Protón M– y sin plataforma de aterrizaje.

Así que la ESA tuvo que replantearse todo, empezando por si seguir adelante con el lanzamiento. Aunque dado que estaba construido y listo para volar parecía un desperdicio no hacerlo. Y además hay que recordar que el rover está dotado de un taladro que podrá tomar muestras hasta a dos metros por debajo de la superficie de Marte y analizarlas in situ, algo que nunca se ha hecho hasta ahora. El objetivo es buscar señales de vida pasada en Marte.


El taladro del gemelo de Rosalind Franklin para pruebas en tierra – ESA

Tomada la decisión de seguir adelante la ESA contrataba recientemente con Thales Alenia Space el desarrollo de una nueva plataforma de aterrizaje para la misión ante la imposibilidad de utilizar la desarrollada por Roscosmos. Es un contrato valorado en 552 millones de euros.

Aunque, entre otras cosas, seguía quedando el problema del lanzador. Y aquí es dónde la NASA vuelve a entrar en la ecuación. Vuelve porque allá por 2009, cuando la misión ExoMars tomó más o menos su forma actual, la NASA se iba a encargar del lanzamiento con un cohete Atlas. Pero recortes forzados sobre todo por el coste extra del telescopio Espacial James Webb llevaron a que la agencia estadounidense se retirara del proyecto en 2012. Y es a partir de ahí cuando entró Roscosmos hasta lo de Ucrania.

En virtud del nuevo acuerdo recién firmado la NASA se encargará del lanzamiento –previsiblemente en un Falcon Heavy– y proporcionará también motores para la plataforma de descenso y las unidades de calor de radioisótopos que permitirán al rover sobrevivir al frío marciano.

El lanzamiento está previsto para 2028 con un aterrizaje en 2030 para llegar a Marte después de la temporada de tormentas de arena.

La misión está en Twitter como @ESA_ExoMars.

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