La NASA ha confirmado que el rover Mars 2020 irá acompañado por un pequeño helicóptero –más bien un dron– a modo de demostrador tecnológico. Mars Helicopter viajará a Marte sujeto a la panza del rover, que lo depositará sobre el suelo marciano en cuanto desde el control de la misión decidan dónde.
Una vez que las baterías del helicóptero estén cargadas y se haya comprobado que todos los sistemas funcionan llevará a cabo su primer vuelo en el que ascenderá en vertical de 3 metros, hará una pausa de 30 segundos, y volverá a descender en el mismo sitio.
La campaña completa de pruebas de vuelo tiene una duración prevista de 30 días e incluirá hasta cinco vuelos a distancias cada vez mayores, hasta alcanzar unos pocos cientos de metros, y duraciones cada vez más largas, de hasta 90 segundos.
El helicóptero recibirá sus instrucciones a través del rover, pero debido al tiempo en el que tardan en llegar la señales de radio desde la Tierra a Marte no habrá nadie pilotándolo en tiempo real sino que tendrá que ser capaz de volar de forma autónoma.
Durante sus vuelos tomará imágenes que serán enviadas al rover y de ahí al control de la misión. Este tipo de imágenes pude ayudar de cara a la navegación del rover, ya que aunque la NASA dispone de imágenes bastante detalladas de todo el planeta obtenidas por las sondas que están en órbita a su alrededor las imágenes tomadas desde menor altura serán, lógicamente, más detalladas. Pero en cualquier caso el rover no necesita que el helicóptero funcione para moverse por Marte, como han demostrado con creces Spirit, Opportunity y Curiosity. Además, el rover Mars 2020 tiene que durar mucho más que los 30 días que en principio va a durar el helicóptero.
Diseñarlo no ha sido precisamente fácil, porque para empezar la presión atmosférica al nivel del suelo en Marte es equivalente a la de unos 30.000 metros de altitud en la Tierra, con lo que la atmósfera es muy tenue. Por ello ha habido que minimizar el peso –que se ha quedado en 1,8 kilogramos– y utilizar un par de aspas que girarán a 3.000 revoluciones por minuto, unas 10 veces lo normal para un helicóptero en la Tierra.
Pero en cualquier caso si funciona será la primera vez que hagamos volar una aeronave en otro planeta y puede servir para abrir el camino para otras aeronaves más robustas capaces de tomar muestras de sitios inaccesibles mediante vehículos terrestres.
Y desde un punto de vista mucho menos práctico pero mucho más emocionante a mí me recuerda a aquel microrrelato de Multimaniaco que dice:
Sueño que algún día alguien virará a estribor en un mar en otro mundo.