Por @Wicho — 30 de septiembre de 2022

La bodega de carga del Atlantis fotografiada a través de una de sus ventanas. Al fondo de ella está el Hubble en posición vertical, convenientemente sujeto. La Tierra hace de fondo de la foto
El Hubble en la bodega de carga del Atlantis, listo para las tareas de mantenimiento que iba a acometer la tripulación de la misión STS-125 – NASA

En mayo de 2009 el transbordador espacial Atlantis y su tripulación llevaba a cabo la quinta y última –en gallego diríamos derradeira– misión de mantenimiento del Telescopio espacial Hubble. Fue un absoluto éxito, que dejó el telescopio mejor que nuevo. Pero anoche la NASA, SpaceX, y el Programa Polaris dejaban asombrados a propios y extraños al revelar que van a estudiar la posibilidad de una nueva misión de mantenimiento al Hubble.

Será un estudio de seis meses sin coste para el gobierno de los Estados Unidos que busca determinar si sería posible acoplar una cápsula Dragon de SpaceX convenientemente modificada al Hubble para subir su órbita hasta los 600 kilómetros. Esa es la altitud a la que fue liberado cuando fue puesto en órbita. Y se calcula que ahí arriba se añadirían unos 25 años al tiempo que puede permanecer en el espacio. De no subirlo, el rozamiento con la atmósfera produciría su reentrada y desintegración en ella entre 2028 y 2040. El Hubble tiene una especie de asa en su parte trasera para estas cosas, así que la idea no parece descabellada.

El Hubble flotando en la negrura del espacio con la Tierra ocupando la mitad inferior de la foto. El telescopio se ve a propósito pequeño en la imagen para dar una ligera idea de escala
El Hubble en órbita – NASA

Pero el estudio también busca determinar si ademas se podría hacer algún tipo de tarea de mantenimiento en el telescopio mediante un paseo espacial. Y aquí hay que recordar que la primera misión del Programa Polaris consiste precisamente en un paseo espacial. Y que si bien la tercera será el primer lanzamiento tripulado de un Starship de SpaceX, la segunda aún está sin definir.

En cualquier caso no está nada decidido, ni mucho menos. De hecho puede que la conclusión de estudio es que no es factible. O que no tiene sentido enviar una misión tripulada, lo que impediría cualquier tarea de mantenimiento.

Aunque desde luego el tan sólo poder pensar en ello es una grandísima noticia, porque el Hubble aún goza de muy buena salud más de 13 años después de que lo visitáramos por última vez. Pero con el tiempo irán fallando cada vez más cosas en él. Y refuerza, una vez más, lo buena idea que fue en su momento que la administración Obama apostara fuerte por la iniciativa privada en el desarrollo de naves espaciales. Le pesara a quien le pesara.

Son, realmente, tiempos más que interesantes para quienes sufrimos de espaciotrastorno.

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