Por @Wicho — 23 de septiembre de 2017

Lanzada el 8 de septiembre de 2016 la sonda Osiris-REx de la NASA tiene como objetivo tomar muestras del asteroide Bennu y traerlas de vuelta a la Tierra para 2023.

Pero para poder alcanzar a Bennu sin tener que sacrificar peso de instrumentos científicos por combustible lo que ha hecho la NASA es utilizar la gravedad de la Tierra para modificar la trayectoria de la sonda y elevarla en 6 grados, que es precisamente la inclinación de la órbita de Bennu sobre la eclíptica. También ganó 3.778 kilómetros por hora de velocidad. Y todo esto sin utilizar los motores de la sonda, tan sólo gracias a una trayectoria bien calculada y ajustada con anterioridad. Eso sí, le hemos robado a la Tierra una minúscula parte de su velocidad de rotación, que nada es gratis en este universo y menos si hablamos de energía.

Esa maniobra de asistencia gravitacional se llevó a cabo con éxito el 22 de septiembre de 2017, cuando Osiris-Re pasó a tan solo 17.000 kilómetros de del polo sur en una trayectoria cuidadosamente calculada para salir disparada hacia Bennu, a donde llegará a finales de 2018.

Es la segunda gran maniobra de ajuste de trayectoria de la misión después de la que el 28 de diciembre de 2016 la puso en el rumbo necesario para la maniobra de asistencia gravitatoria del 22 de septiembre de 2017.

Tras el cambio de trayectoria Osiris-REx puntará sus instrumentos hacia nosotros con el objetivo de ayudar a calibrarlos en preparación para su llegada a Bennu.

Una vez en su destino estudiará el asteroide con sus instrumentos, que consisten en tres cámaras, un altímetro láser que le permitirá crear un mapa topográfico detallado de su superficie, y tres espectrómetros que servirán para estudiar su composición.

Pero la parte más novedosa de esta misión es la que correrá a cargo de Tagsam, de Touch-And-Go Sample Acquisition Mechanism, un mecanismo de adquisición de muestras que permitirá a la sonda coger entre 60 y 2.000 gramos de material de Bennu para traerlos de vuelta a la Tierra.

La adquisición de muestras se realizará en julio de 2020, una vez que los científicos de la misión hayan podido determinar los puntos más interesantes para hacerla gracias a los datos obtenidos por el resto de los instrumentos de a bordo.

El viaje de vuelta comenzará en marzo de 2021, pues hay que esperar a que Bennu y la Tierra estén en posiciones adecuadas de sus órbitas.

Si todo va bien la cápsula de muestras aterrizará suavemente colgada de un paracaídas en el desierto de Utah en septiembre de 2023, mientras que Osiris-Rex seguirá en órbita alrededor del Sol con la posibilidad de que, si le queda suficiente combustible y la NASA tiene los fondos para ello, se le asigne otra misión.

La misión está en Twitter como @OSIRISREx.

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