A poco más de tres minutos del lanzamiento de la primera misión tripulada de una Starliner el sistema de control detuvo la cuenta atrás. Como es una ventana de lanzamiento instantánea con tan poco tiempo no había forma de intentarlo de nuevo. Así que otro día más que no despega la primera misión tripulada de una Starliner.
En esta ocasión el problema estuvo con el Ground Launch Sequencer, el ordenador que toma el control de todo el proceso en los últimos cuatro minutos previos al lanzamiento. Está diseñado con triple redundancia y es necesario que las tres secciones idénticas que lo componen estén en funcionamiento y que concuerden en sus cálculos para que se produzca el lanzamiento. Pero hoy una de las tres no arrancó correctamente.
El anterior intento de lanzamiento el pasado 7 de mayo tuvo que ser cancelado un par de horas antes del momento del despegue por un problema con una válvula de purga de oxígeno de la etapa superior Centaur del Atlas V que tiene que lanzar la misión. Pero al hacer las pruebas pertinentes después de cambiar la válvula apareció una fuga de helio que hizo que no se volviera a intentar el lanzamiento hasta hoy mientras se estudiaba la fuga.
La próxima ventana de lanzamiento es mañana, día 2 a las 18:03, hora peninsular española (UTC +2). Pero Boeing, la NASA y United Launch Alliance han decidido que no van a intentar aprovecharla para tener tiempo de revisar el equipo en cuestión.
Así que el próximo intento de lanzamiento tendrá lugar el miércoles 5 a las 16:52, hora peninsular española (UTC +2), con otra oportunidad el día 6.
El problema ahora –aparte de la necesidad de lanzar de una vez una Starliner tripulada– es que empieza a apremiar el tiempo, pues algunos componentes del sistema de autodestrucción del cohete están cercanos a caducar. Y si la misión no despega antes podría ser nececario devolverlo al edificio de ensamblado para cambiarlos, lo que supondría un retraso de varias semanas.