Por @Wicho — 25 de noviembre de 2019

Luca Parmitano en el extremo del brazo robot de la EEI
Luca Parmitano en el extremo del brazo robot de la EEI – NASA

Luca Parmitano y Drew Morgan llevaron a cabo el viernes 22 de noviembre de 2019 el segundo de los cuatro paseos espaciales previstos para la instalación de un nuevo sistema de refrigeración en el Espectrómetro Magnético Alfa (AMS, a veces AMS-02 para distinguirlo del prototipo AMS-01).

El Espectrómetro Magnético Alfa es un detector de partículas desarrollado por 500 científicos de 56 instituciones de 16 países. Lleva montado y en funcionamiento en el exterior de la Estación Espacial Internacional desde mayo de 2011.

Pero ya sólo quedaba en funcionamiento una de las cuatro bombas de refrigeración redundantes que monta y que son imprescindibles para su funcionamiento. Lo que no está nada mal teniendo en cuenta que estaba diseñado para durar tres años.

Sin embargo sus resultados están siendo tan buenos que los socios de la EEI decidieron que iban a diseñar un plan para intentar mantenerlo en funcionamiento aunque no estaba diseñado para ser reparado en el espacio. La idea es acoplarle un nuevo sistema de refrigeración que le permita seguir en funcionamiento unos cuantos años más.

Para ello, en el primero de los paseos espaciales, Parmitano y Morgan lo prepararon para comenzar la reparación, dejando en su sitio materiales que iban a necesitar, instalando asas para poder agarrarse a él mientras trabajan, y retirando una cubierta protectora para poder llegar a los tubos del sistema de refrigeración.

En el segundo paseo lo que hicieron fue instalar los cables de corriente y datos que permitirán funcionar al nuevo sistema de refrigeración, el soporte en el que irá atornillado, y cortar nueve tubos metálicos por los que hasta ahora circulaba el refrigerante.

Jessica Meir y Christina Koch a los mandos del brazo robot de la EEI
Jessica Meir y Christina Koch a los mandos del brazo robot de la EEI – NASA

Con esto se cargaron definitivamente el sistema de refrigeración existente, lo que deja al AMS inutilizado… pero siempre con la intención de montar el nuevo módulo que le permitirá seguir funcionando.

Era la primera vez que nadie hacía una operación así en el espacio –lo del masacrado de la Soyuz MS-09 es otra historia– así que Parmitano procedió con extrema precaución –aún más de la habitual en un paseo espacial– para asegurarse de que los guantes de su traje espacial no sufrían ningún corte.

Afortunadamente todo fue según lo previsto y seis horas y 33 minutos de empezar el paseo espacial los dos astronautas volvían al interior de la EEI sanos y salvos.

El tercer paseo, en el que se instalará y conectará el nuevo sistema de refrigeración, está previsto para el dos de diciembre. El cuarto será utilizado para corregir cualquier problema que pueda surgir tras la instalación del nuevo módulo y para recoger y adecentar el espacio de trabajo.

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