Se me había pasado por completo la puesta en marcha por parte de China de la simulación Palacio Lunar 365, que intenta mantener un sistema de soporte vital autónomo en funcionamiento durante al menos un año.
Yuegong –palacio lunar en chino– está compuesto por varios módulos que suman 150 metros cuadrados de superficie y un volumen de 500 metros cúbicos. Dentro hay plantados 120 metros cuadrados con 34 especies vegetales, aunque en baldas, para ocupar menos superficie, y también se cultivan gusanos comestibles y hongos. También hay espacio para laboratorios, dormitorios, y espacios comunes par la «tripulación». En 2014 ya había sido usado para una simulación de 105 días.
Las plantas sirven tanto para regenerar oxígeno como de comida; los gusanos aportan proteínas a la dieta –nadie dijo que ser astronauta fuera totalmente glamuroso– y los hongos le dan un poco de variedad al asunto.
Además de esto, se reciclan todos los residuos no comestibles de las plantas, así como los excrementos y la orina de los «astronautas». ¿Glamour, dónde estás?
La idea es que entre lo que generan y reciclan más el material de base con el que parten –básicamente carne, que simula la que sería lanzada mediante cohetes– puedan vivir de forma autosuficiente durante un año, con el objetivo de desarrollar sistemas y procedimientos que sirvan para una futura base lunar.
También servirá para ver las reacciones de los «tripulantes», aunque en realidad harán turnos y los que más tiempo pasarán dentro estarán allí algo más de 200 días.
Es una idea parecida a la del proyecto Mars 500 ruso, aunque éste no pretendía ser autosuficiente.
E igual que con el Mars 500, no tengo claro de que realmente sirva de mucho: los sistemas «de a bordo» y los animales y vegetales no se van a comportar igual bajo la gravedad terrestre que bajo la gravedad lunar. Y para los «tripulantes» el saber que están separados del resto de la humanidad por una mera compuerta y no por unos cientos de miles de kilómetros de espacio no puede ser psicológicamente comparable.
Pero los chinos sabrán.
(Vía Angeliki).