Tras hacer las pruebas pertinentes con el panel solar enrollable ROSA en el exterior de la Estación Espacial Internacional el plan era enrollarlo de nuevo y meterlo en el «maletero» de la cápsula de carga Dragon SpX-11 para deshacerse de él.
Pero aunque en principio respondió al comando de enrollado no hubo manera de conseguir que se bloqueara en esa posición, con lo que no había manera de meterlo de nuevo en la Dragon de forma segura.
Así que hubo que recurrir al plan B –en el espacio hay que tener siempre plan B, C, D, y cuantos más mejor– que consistía en lanzarlo al espacio para que se incinere en la atmósfera él solito, lo que ocurrirá en unos días o semanas. Eso sí, habrá que tener cuenta de por dónde anda este tiempo para que no vaya a chocar con nada.
La Dragon, por su parte, partirá de la EEI el domingo 2 de julio para terminar su misión con un amerizaje frente a la costa de California unas cinco horas y media después.
De las cápsulas de carga que en la actualidad llevan suministros a la EEI las Dragon son las únicas que tienen la capacidad de traer cosas de vuelta a tierra, ya que están diseñadas para no destruirse en la atmósfera.
Y aunque por ahora todas han amerizado en cuanto entre en servicio la Dragon v2 podrán terminar sus misiones aterrizando, lo que hará que la vuelta de muestras de laboratorio y materiales que caducan sea aún más rápida, por mucho que viajen metidos en nevera para conservarse.