Por @Wicho — 16 de diciembre de 2021

Uno de los motivos que obligó a cancelar el lanzamiento del rover Rosalind Franklin hacia Marte en 2020 fue que los paracaídas no estaban listos y que entre unas cosas y otras –entre ellas la pandemia de covid– no había tiempo material de hacer las pruebas necesarias. Pero ahora la Agencia Espacial Europea (ESA) acaba de anunciar que por fin tienen unos paracaídas que funcionan como deben.

En pruebas realizadas en Oregón el 21 de noviembre y el 3 de diciembre sendos paracaídas fabricados por la empresa europea Arescosmo (a la izquierda en el vídeo) y por la estadounidense Airborne Systems (a la derecha) se desplegaron y funcionaron correctamente. Así que ahora a la ESA le toca decidir cuál de los dos mandar a Marte, para lo que harán algunas pruebas más.

Estos son los paracaídas principales de la misión, que se encargarán de frenar el descenso del rover y de su módulo de aterrizaje Kazachock una vez que alcancen velocidades subsónicas. Habían dado problemas en pruebas llevadas a cabo en junio. Durante ellas el paracaídas guía se había desprendido, causando un desgarro en el paracaídas principal. Y aunque el modelo de pruebas aterrizó a una velocidad aceptable nadie quería arriesgarse a que hubiera problemas en Marte.

Los que ya funcionaban bien son los paracaídas supersónicos, que se tienen que desplegar antes, justo después de que el aerofrenado en la atmósfera marciana haya hecho descender lo suficiente la velocidad del vehículo.

Secuencia de despliegue de los paracaídas
Secuencia de despliegue de los paracaídas - ESA/Roscosmos

Así las cosas puede que por fin veamos cómo la misión despega tras innumerables aplazamientos: en 2005 fue retrasada de 2009 a 2011; en 2006 de 2011 a 2013; en 2008 de 2013 a 2016; en 2009 de 2016 a 2018; en 2016 de 2018 a 2020; y ahora de 2020 a 2022.

La ventana de lanzamiento de 2022 va de agosto a octubre aunque dadas las características del lanzador –un Protón M– y el punto de destino de la misión sobre la superficie de Marte sólo se pueden aprovechar dos periodos de diez días.

Será la tercera vez que la ESA intente amartizar. La primera vez fue con el aterrizador Beagle de la Mars Express; la segunda con el demostrador Schiaparelli. Durante muchos años no se supo que había pasado con Beagle. Ahora sabemos que llegó a a la superficie de una pieza pero que por algún motivo no completó su secuencia de despliegue. De Schiaparelli quedo inmediatamente claro que se había estampado a toda velocidad contra la superficie de Marte; unos meses más tarde se supo que por un fallo de cálculo del software de a bordo.

A ver si se cumple aquello de que a la tercera va la vencida.

La misión está en Twitter como @ESA_Exomars.

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