Los paseos espaciales en la Estación Espacial Internacional se dividen en dos tipos básicos, los programados y los de contingencia. Los primeros son los que se sabe que van a ser necesarios porque hay que instalar o cambiar un componente en su exterior, o un experimento nuevo, o incluso lanzar a mano unos microsatélites. Los de contingencia son aquellos que nadie querría tener que llevar a cabo pero que se preparan por si falla algo en el exterior de la Estación que haya que salir a reparar.
Pero tienen en común que se preparan a conciencia, con muchas horas de entrenamiento de los procedimientos a seguir, usando incluso los modelos a tamaño real sumergidos en piscinas de flotabilidad neutra que albergan el segmento estadounidense y el ruso de la Estación.
Y luego están los paseos medio improvisados como el que llevaron a cabo Oleg Knonenko y Sergei Prokopiev en la tarde/noche del 11 de diciembre de 2018.
El objetivo de ese paseo –objetivo de dudosa utilidad– era abrir un agujero en la cubierta protectora y en uno de los escudos anti meteoritos de la Soyuz MS-09 para poder examinar el agujero que provocó una fuga de aire el 30 de agosto de 2018. El agujero lleva reparado desde poco después de haber sido descubierto y desde entonces no se ha registrado ninguna nueva pérdida de aire. De hecho la Soyuz MS-09 lleva semanas autorizada a volver a Tierra tal y como está.
Pero por algún motivo a Roscosmos se le metió en la cabeza que quería hacer esa inspección desde el exterior de la MS-09, con lo que hubo que buscar tiempo para que Kononenko se entrenara antes de despegar en la Soyuz MS-11 en los procedimientos a realizar.
Sin embargo, visto lo visto, el entrenamiento fue demasiado escaso y poco fidedigno. Cortar las mantas térmicas y el escudo anti meteoritos en caída libre fue bastante más complicado de lo que el entrenamiento sugería, pues a poca fuerza que hiciera, y en ausencia de una sujeción firme, Kononenko tendía a moverse en dirección contraria por aquello de la acción y la reacción. También tuvieron problemas con el uso de las pértigas extensibles Strela que utilizaron para moverse por el exterior de la Estación.
This time-lapse video shows the out-of-this-world ride Oleg Kononenko took on the tip of the Strela boom operated by Sergey Prokopyev to the Soyuz crew vehicle worksite. #AskNASA | https://t.co/yuOTrYN8CV pic.twitter.com/UrGI3g8zDP
— Intl. Space Station (@Space_Station) 11 de diciembre de 2018
Pero mucho peor que eso fue escuchar el audio de la misión, pues no tenían claro del todo el camino a seguir –en un primer momento Kononenko llegó al lado equivocado de la MS-09– ni a donde engancharse en cada momento, con el riesgo de quedar flotando en el espacio.
Los problemas que fueron encontrando los fueron retrasando y poniendo un poco nerviosos, hasta el punto de que desde el control de la misión les pidieron en más de una ocasión que se lo tomaran con calma. También fue preocupante ver como Kononenko se movía a la izquierda cuando en un momento dado le estaban pidiendo que se moviera hacia la derecha y él insistía en que se estaba moviendo a la derecha cuando obviamente no lo estaba haciendo.
En cualquier caso al final consiguieron abrir la cubierta térmica y el escudo anti meteoritos –usando un cuchillo y unas cizallas, lo que si sale en una película hubiéramos tachado de fantasmada– y acceder al casco de la MS-09 y localizar el hueco en cuestión.
Kononenko acuchillando la Soyuz. Prokopiev, que la usará para volver a casa, al principio no era capaz ni de mirar
Una vez localizado grabaron vídeo –Kononenko en un momento dado no era capaz de saber si su cámara estaba encendida– y tomaron muestras para llevar de vuelta a Tierra con las que es de esperar que Roscosmos consiga averiguar un montón de cosas.
Hecho esto, y apremiados por el control de la misión, pues llevaban ya casi siete horas de paseo espacial, fueron recogiendo para iniciar el retorno al interior de la Estación, aunque dado que iban ya tan pasados de tiempo les ordenaron dejar si tapar el hueco que habían abierto.
No pasa nada por dejar ese hueco abierto porque el módulo orbital de la Soyuz no vuelve a Tierra ya que se destruye en una reentrada controlada en la atmósfera igual que el módulo de servicio. De hecho en el vuelo de retorno sólo se usa para que la tripulación pase a su través para alcanzar el módulo de descenso, en el que se cierran herméticamente. Pero por eso mismo tampoco parece tener mucho sentido el empeño de Roscosmos en tomar esas muestras. Y si lo que querían era confirmar que no había sido el impacto de un meteorito el causante del agujero –lo que en realidad llevaba mucho tiempo descartado– les bastaba con una inspección ocular del exterior de la Soyuz sin ponerse a manejar objetos y láminas de metal cortantes durante un paseo espacial.
Afortunadamente el retorno fue mucho más rápido y a las 7 horas y 45 minutos de haber salido de las esclusa del módulo Pirs la compuerta volvía a cerrarse, dando por finalizado este paseo espacial que, sin duda, dará que hablar y que en esta casa seguimos mediante un hilo en Twitter al que puedes echarle un ojo si queires hacerte una idea de cómo lo vivimos en directo.
El retorno a Tierra de la Soyuz MS-09, con Prokopiev a bordo junto con Alexander Gerst de la Agencia Espacial Europea y Serena Auñón-Chancellor de la NASA, está previsto para las primeras horas del 20 de diciembre.