En este vídeo de Cheddar se explican algunas de las ideas que circularon al inicio de la Guerra Fría acerca de la construcción de una gigantesca estación espacial militar para lograr la «dominancia total sobre el planeta» por parte de los Estados Unidos. Era una especie de invento bastardo de Wernher Von Braun, el ingeniero aeroespacial que estuvo detrás de los cohetes V2 alemanes durante la Segunda Guerra Mundial y luego de parte del programa espacial de los Estados Unidos tras cambiar de bando. De hecho el documental detalla bien ese dilema personal de alguien sólo quería «fabricar cohetes» y pasa de hacerlo siendo un nazi de la SS a hacerlo para los americanos con todos los honores.
La situación tras la guerra era tensa y se supone que Von Braun la concibió originalmente como una estación de paso intermedia para la exploración de la Luna. Pero pronto se vio su potencial militar como lugar desde el que lanzar misiles a los malos, espiar con poderosos telescopios y lo que pudiera surgir. Irónicamente en el vídeo le vemos explicando el proyecto en su versión light en uno de los documentales de Disneyland de 1955 (Men on the Moon).
Técnicamente la estación mediría unos 60 metros de diámetro y rotaría 3 veces por minuto, lo que generaría una fuerza centrífuga suficiente para simular gravedad artificial. Es diseño se ha usado a todo tipo de escalas en dibujos, documentales y películas; la más notable quizá 2001: una odisea del espacio, donde es más grande y son dos «ruedas» unidas (el parecido no es casual). Obsérvese lo avanzado de estas ideas en un mundo en el que aunque ya había bombas atómicas ni siquiera se había lanzado el Sputnik ruso, el primer satélite artificial.
La idea acabó siendo descartada por varias razones: por un lado, al inventarse los misiles balísticos intercontinentales ya no era tan importante el espacio como lugar desde el que alcanzar los objetivos enemigos (y es más barato mantener y gestionar los misiles en tierra). Una base como esa sería además relativamente estática y blanco fácil. Y las posibilidades tecnológicas de la época eran las que eran, recordemos que hablamos de hace casi 70 años (ni ordenadores había). Pero como idea caló en el imaginario y ha llegado a nuestros días en esas fantásticas visiones del futuro.
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