Por @Wicho — 21 de Febrero de 2019

Despegue del cohete

Un Soyuz-2-1b con una tercera etapa Fregat-M fue el encargado de inaugurar 2019 en lo que se refiere a los lanzamientos orbitales rusos. El lanzamiento se produjo a las 17:47, hora peninsular española, desde el cosmódromo de Baikonur y en principio todo iba bien. Pero un fallo en la segunda etapa, cuyo origen está aún por determinar, dejó al satélite en una órbita inicial más baja de lo prevista, aunque por suerte la diferencia pudo ser compensada por la Fregat, que encendió sus motores durante más tiempo para colocar el EgyptSat A en la órbita final prevista.

EgyptSat AEl EgyptSat A, la carga útil de la misión, es un satélite de observación terrestre de alta resolución desarrollado por RKK Energia para la Autoridad nacional para la detección remota y las ciencias espaciales de Egipto. Es capaz de obtener imágenes con resoluciones de entre 1 y 4 metros según el modo utilizado para capturar la imagen. La duración prevista de su misión es de 10 a 12 años, aunque para eso tendría que tener más suerte que sus predecesores, el EgyptSat-2 y el EgyptSat-1, que fallaron antes de tiempo.

Además de este problema con el lanzamiento del EgyptSat A no hay que olvidar que la Fregat entregada a Arianespace para el lanzamiento de la primera tanda de satélites de la constelación OneWeb venía defectuosa. Y aunque afortunadamente el fallo fue detectado en una revisión previa al lanzamiento las dudas acerca de lo que ha pasado con el EgyptSat A han llevado al aplazamiento del lanzamiento de OneWeb.

Así que 2019 está empezando de una forma un tanto complicada para la industria espacial rusa.

De hecho el del EgyptSat tendría que haber sido el primero de los más de 45 que Dmitry Rogozin, director de Roscosmos desde mayo de 2018, le prometía recientemente a Vladimir Putin. Pero si ya parecía complicado que fueran a cumplir con esa cifra empezando tan tarde en el año –y hay que recordar que en 2018 Rusia lanzó 19 veces– el fallo de hoy, que habrá que revisar, pone aún más en entredicho esa cifra. Aunque probablemente nadie más que Rogozin se creía lo de los 40 lanzamientos, la verdad sea dicha. Y aún queda por ver si él realmente se la creía.

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