Por @Wicho — 7 de agosto de 2023


Una Starliner a su llegada a la Estación Espacial Internacional en su misión de prueba no tripulada en mayo de 2022 – NASA

Sorprendiendo aproximadamente a nadie Boeing y la NASA acaban de anunciar en una rueda de prensa en línea que el primer vuelo tripulado de una Starliner a la Estación Espacial Internacional (EEI) no tendrá lugar antes de marzo de 2024; que están trabajando en ello pero aún les quedan cosas que hacer.

Lo que no es nada sorprendente si tenemos en cuenta que el último en la larga letanía de retrasos de esta nave es debido a que usaron una cinta adhesiva para fijar cableado en el interior de la cápsula que en ciertas condiciones puede ser inflamable. Y a que las líneas de los paracaídas de la cápsula son menos resistentes de lo que deberían ser.

Así que aún tienen que ver cómo terminar de quitar toda esa cinta inflamable sin romper nada y sustituirla por otra que no vaya a arder. Y, además, hacer las pruebas pertinentes de los paracaídas pero ya con las líneas de la resistencia adecuada.

Además Boeing tiene que hablar con United Launch Alliance para ver cómo está la disponibilidad de cohetes Delta V y de la plataforma de lanzamiento 41; y con la NASA y los socios de la EEI para buscar un hueco entre otros lanzamientos ya programados tanto de naves tripuladas como de cápsulas de carga.

Con lo que yo estoy casi por apostar a que el lanzamiento no será antes del verano de 2024.

Cuando la NASA puso en marcha el programa de tripulaciones comerciales y en 2014 asignó a Boeing y a SpaceX sendos contratos para lanzar con ellas tripulaciones a la EEI la idea era que el primer vuelo tripulado de prueba de ambas fuera en 2017. Aunque es cierto que el congreso luego se mostró cicatero con la asignación de fondos, lo que, además de los problemas de desarrollo que encontraron ambas empresas, contribuyó a que ambos programas se retrasaran.

Así las cosas SpaceX lanzó la primera Crew Dragon tripulada a la EEI en agosto de 2020. Y la primera misión regular en noviembre de ese mismo año. Y eso aún a pesar de que en abril de 2019 una Crew Dragon resultó destruida en tierra durante unas pruebas.

Boeing, sin embargo, no levanta cabeza con la Starliner. El primer lanzamiento no tripulado, que SpaceX hizo sin problemas en marzo de 2019, Boeing lo hizo en diciembre de 2019. Y fue un sonado fracaso. Tanto que tuvo que repetirlo en mayo de 2022 cuando, afortunadamente, lo llevó a cabo sin mayores problemas.

Una vez analizados todos los datos obtenidos en esa misión la primera misión tripulada, que tiene que llevar a Barry E. Wilmore y Sunita Williams –si no se jubilan antes– durante unos días a la EEI iba a ser lanzada este verano. Pero la cinta inflamable y los paracaídas blandengues dijeron que no.

Para Boeing la Starliner está siendo una ruina económicamente ya que la NASA, astutamente, contrató a precio fijo los lanzamientos, con lo que la empresa lleva ya perdidos más de 1.000 millones de dólares con la repetición de la misión no tripulada y varios cambios que ha tenido que hacer. Pero además, y sobre todo, diría yo, está siendo un desastre para su imagen de empresa que se supone que tiene una experiencia y veteranía en estas cosas.

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