Al mismo tiempo que SpaceX está «torturando» una cápsula tripulada Crew Dragon en el interior de la Space Power Facility para comprobar que sus sistemas pueden soportar los rigores del espacio está haciendo pruebas del sistema de paracaídas con un modelo que tiene la forma y el peso de una cápsula completa.
En concreto acaba de hacer la prueba número 16 del sistema, en este caso diseñada para comprobar que en el caso de tener que abortar un lanzamiento a baja altura los paracaídas se despliegan a tiempo y en forma para asegurar un aterrizaje suave. Los paracaídas tienen que estar listos para cuando la Crew Dragon tenga que hacer una prueba real de un lanzamiento abortado, lo que está previsto para su segunda misión.
Pero antes llevará a cabo una misión no tripulada en la que atracará con la Estación Espacial Internacional, permanecerá allí unos días, y volverá a Tierra. Conocida como SpX-DM1, esa misión tiene ahora mismo como fecha prevista una ventana que va del 30 de agosto al 13 de septiembre de 2018, aunque la primera misión de la Starliner CST-100 de Boeing tiene reservada la misma ventana. Y con toda seguridad no volarán las dos a la vez por cuestiones de seguridad.
En cualquier caso, cuando se produzca el primer lanzamiento de cualquiera de las dos será la primera vez que los Estados Unidos estrenen una nave espacial tripulada desde que el 12 de abril de 1981 el Columbia despegara en la misión STS-1.