Por @Wicho — 31 de mayo de 2016

Además de la cápsula tripulada Orión que la NASA está desarrollando por sus propios medios la agencia espacial estadounidense está financiando parcialmente el desarrollo de otras dos naves espaciales tripuladas, la Dragon V2 de SpaceX y la Starliner de Boeing.

La agencia ha contratado lanzamientos de astronautas a la Estación Espacial Internacional en esas naves mientras no tiene la Orión lista, aunque tanto Boeing como SpaceX podrán hacer el uso que estimen oportuno de sus naves, que para eso son suyas.

Las previsiones iniciales hablaban de que ambas naves estuvieran en servicio en 2016, pero según se puede leer en SpaceX Running More Than One Year Behind Schedule on Commercial Crew y en Boeing’s Starliner schedule for sending astronauts into orbit slips to 2018 las dos empresas están experimentando retrasos en el desarrollo de sus naves.

En el caso de SpaceX el primer lanzamiento no tripulado tenía que haberse producido en marzo de 2016, pero ahora está previsto para mayo de 2017, con un primer lanzamiento tripulado de pruebas más tarde en el año si les da tiempo; el caso de Boeing es similar y tampoco habrá lanzamientos tripulados antes de 2017.

Así que todo apunta a que será 2018 –si no hay más retrasos– cuando los Estados Unidos recuperen la capacidad de poner astronautas en órbita tras haberse quedado sin ella al retirar los transbordadores espaciales del servicio en 2011.

Serán unos siete años sin esa capacidad, algo peor que el hueco por el que pasaron entre el fin del programa Apolo en 1975 y el primer vuelo de un transbordador espacial en 1981…

Pero sin duda mucho mejor que lo que la NASA tendría que pasar por sí misma, ya que no se prevé que la cápsula Orión entre en servicio antes de 2023.

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