Por @Wicho — 3 de diciembre de 2021

Aunque no hay grandes diferencias en cuanto a las capacidades que ya habían anunciado en marzo de 2021 ayer Peter Beck, el director de Rocket Lab, dio algunos detalles más acerca de su cohete reutilizable Neutrón, algunos de ellos muy jugosos.

Sigue siendo un cohete pensado principalmente para lanzar constelaciones de satélites, que es dónde la empresa ve mayor cuota de mercado en los próximos años. Aunque también se podrá usar, dentro de sus capacidades, para lanzamientos a órbita geoestacionaria, lunar, o interplanetaria. Para ello Neutrón cuenta con la capacidad de colocar hasta 8 toneladas en órbita baja terrestre en su configuración totalmente reutilizable o bien hasta 15 toneladas en caso de no intentar la recuperación de la primera etapa.

Y en la primera etapa es dónde están las novedades más curiosas. Para empezar con su forma, más ancha por abajo que por arriba, lo que, siempre según la empresa, ayuda de cara a la reentrada. Tiene también cuatro grandes aletas/patas con amortiguadores que sirven tanto para mantener el cohete de pie antes del lanzamiento como para mantenerlo así tras aterrizar. Estas patas evitan la necesidad de tener patas desplegables como las de la primera etapa de los Falcon 9. Es una decisión de diseño que ahorra peso, por un lado, y complejidad, por otro

Neutrón en tierra – Rocket Lab
Neutrón en tierra – Rocket Lab

El cuerpo del cohete –de 40 metros de alto por 7 de ancho– estará fabricado en materiales compuestos, más resistentes que el acero inoxidable o el aluminio que se usa en otros cohetes. Eso de nuevo da más ligereza, lo que permite usar los motores del cohete en un régimen menos exigente que el de otros cohetes, lo que ayudará de cara a su reusabilidad. La forma del cohete ayuda también de cara a la reentrada, permitiendo un control aerodinámico que de nuevo evita tener que exigir demasiado a los motores.

Serán motores Arquímedes que usarán metano y oxígeno líquido como propelentes y ciclo con generador de gas. Con una potencia de 250.000 Newtons cada uno la primera etapa montará ocho, mientras que la segunda etapa usará uno.

La forma en la que se integra la segunda etapa en el Neutrón es, cuando menos, peculiar: irá suspendida dentro de la cofia, lo que le evita muchos de los esfuerzos que otras segundas etapas tienen que soportar. De nuevo esto redunda en una reducción de peso y por ende más capacidad de carga. Irá, como en cualquier otro cohete, protegido por unas cofias mientras el cohete no abandona la parte más densa de la atmósfera. Pero en lugar de dejar caer las cofias y luego intentar recuperarlas las del Neutrón se abren¹ –al estilo del Tragabolas según Beck– para soltar la segunda etapa y luego se cierran para volver a casa con el resto del cohete. De nuevo según Beck si quieres reutilizarlas no tiene sentido dejarlas caer.

Las cofias «Hipopótamo Hambriento» en acción – Rocket Lab
Las cofias «Hipopótamo Hambriento» en acción – Rocket Lab

El Neutrón, una vez que la segunda etapa esté de camino, volverá a su base de lanzamiento, de nuevo en aras a simplificar y abaratar las cosas; la idea es que pueda ser preparado para un nuevo lanzamiento en 24 horas. Que no es que nadie lo esté demandando ni que haya tanta necesidad de lanzamientos. Pero para Beck es un objetivo al que apuntar para que los Neutrón sean rápidamente reutilizables.

Lo describe como un cohete de 2050 que se va a fabricar ahora; en algunos comentarios se dice que para 2024. Es un objetivo –y un cohete– realmente ambicioso. Pero vistos los resultados obtenidos hasta ahora con el Electrón yo no apostaría muy en firme contra ellos. No querría tener que comerme ninguna visera.

Rocket Lab está en Twitter como @RocketLab; Peter Beck es @Peter_J_Beck. Tanto la empresa como él están en mi lista de cuentas de Twitter relacionadas con el espacio.

(Gracias por la pista del Tragabolas, Amiguel).

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¹ Sí, aquí hay un rollo muy Sólo se vive dos veces.

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