Rocket Lab ha decidido posponer indefinidamente el lanzamiento de su primera misión comercial tras haber obtenido de nuevo lecturas extrañas por parte del controlador del motor del cohete Electron bautizado como It's business time.
Este tipo de lecturas ya les habían llevado a abandonar la ventana de lanzamiento de mayo de 2018, sin tan siguiera haber llegado a colocar el cohete en la plataforma de lanzamiento. Y aunque creían haber identificado la causa en el segundo intento de lanzamiento del It's business time volvieron a verlas. Y tras darse unas horas para analizar los datos también han decidido abandonar la ventana de lanzamiento de junio, que duraba hasta el 7 de julio. Dicen, con toda lógica, que prefieren asegurar el éxito de la misión en la medida de lo posible que lanzar a lo loco y fiarse de la buena suerte.
Así que toca seguir esperando para los propietarios de las cargas que van en esta misión, dos Lemur-2 de Spire, el Cicero 7 de GeoOptics Inc., el Irvine01, un CubeSat creado por estudiantes de seis institutos de Irvine, California, y NABEO, un demostrador tecnológico para comprobar el funcionamiento de una vela de arrastre diseñada para sacar satélites de su órbita al final de su misión.