Por @Wicho — 20 de noviembre de 2020

La primera etapa de Return To Sender de una pieza en el agua – Rocket Lab
La primera etapa de la misión Return To Sender de una pieza en el agua – Rocket Lab

Esta pasada noche Rocket Lab lanzó la misión bautizada Return To Sender (Devolver al remitente) con treinta satélites a bordo. El cohete cumplió a la perfección con su misión. Pero lo que realmente estaba en duda en este lanzamiento era si la empresa iba a poder recuperar la primera etapa del cohete o no, al más puro estilo SpaceX. Y como se puede ver en la foto superior sí lo consiguieron.

En esta ocasión la primera etapa amerizó frenada por un paracaídas aunque el plan de la empresa es, en futuros lanzamientos, pescarlas al vuelo con un helicóptero y llevarlas a tierra firme. Digamos que este era de prueba para comprobar que el paracaídas funcionaba correctamente. En otros lanzamientos anteriores ya habían hecho pruebas en las que la telemetría recibida del cohete les indicaba que podía sobrevivir sin problemas a la reentrada en la atmósfera.

El objetivo final de Rocket Lab es reutilizar esas primeras etapas, de nuevo igual que hace SpaceX, para poder reducir costes. Y, es de suponer, abaratar los lanzamientos. O ganar más dinero. O ambas cosas. Lo que no sabemos es si Peter Beck cumplirá con su promesa de comerse una visera de Rocket Lab cuando tras los primeros lanzamientos aseguró que no estaban interesados en la reutilización de sus cohetes y que se comería la antedicha visera si alguna vez cambiaba de opinión.

Gnome Chompski en el espacio – Rocket Lab
Gnome Chompski en el espacio – Rocket Lab

Además de los treinta satélites a bordo de Return To Sender viajaba también una reproducción de quince centímetros de altura de Gnome Chompski, un enano de jardín que sale en alguno de los juegos de Valve. Está fabricado mediante un proceso de impresión aditiva en titanio que en el futuro podría usarse para imprimir piezas de cohetes pero cuya resistencia a las condiciones de lanzamiento había que comprobar. Y qué mejor que hacerlo con un poco de gracia.

Además Gabe Newell, el fundador de Valve, va a donar un dólar por cada persona que haya seguido el lanzamiento a través de Internet a la unidad pediátrica de cuidados intensivos del hospital Starship de Auckland en Nueva Zelanda. Serán casi 300.000 dólares.

Como decimos desde hace tiempo, el Electrón es un cohete con el que Rocket Lab está haciendo cosas la mar de interesantes; por eso lo seguimos muy de cerca.

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