Por @Wicho — 5 de septiembre de 2016

Philae sobre 67P
Philae sobre 67P – Imagen principal y de Philae: ESA/Rosetta/MPS for OSIRIS Team MPS/UPD/LAM/IAA/SSO/INTA/UPM/DASP/IDA; imagen de 67P: ESA/Rosetta/NavCam – CC BY-SA IGO 3.0

Con poco más de tres semanas restantes en su misión y con todos los objetivos científicos de ésta cubiertos con creces los responsables de Rosetta están asumiendo más riesgos haciéndola acercarse cada vez más al núcleo de 67P.

Esto ha permitido, por fin, encontrar al aterrizador Philae en unas imágenes tomadas por Osiris, la cámara de alta resolución de Rosetta, el pasado 2 de septiembre, a tan sólo 2,7 kilómetros de distancia del cometa.

En la imagen se puede ver claramente el cuerpo y dos de las tres patas de Philae, justo en el punto en el que había más sospechas de que podía estar.

Philae de cerca en 67P
Philae de cerca en 67P

Philae aterrizó en el núcleo de 67P el 12 de noviembre de 2014 tras dar unos cuantos botes «no programados» por su superficie. Funcionó durante algo más de dos días y medio gracias a su batería, cumpliendo con su misión principal. Pero dada la posición en la que quedó no pudo usar los paneles solares que recubren su cuerpo para recargarla, con lo que entró en hibernación al agotarse esta.

Volvió a dar señales de vida en junio y julio de 2015, justo cuando 67P se estaba acercando al punto más cercano al Sol de su órbita, lo que hacía que los paneles solares recibieran más luz, aunque ninguna de esas comunicaciones fue realmente útil.

Aún así la Agencia Espacial Europea siguió intentando contactar con él hasta el pasado 27 de julio de 2016, día en el que se apagó la radio de Rosetta que intentaba escucharlo con el objetivo de ahorrar electricidad, ya que cada segundo que pasa Rosetta y 67P están más lejos del Sol, con lo que los paneles solares de la sonda cada vez producen menos electricidad.

Encontrar a Philae ahora, aunque sea tan al final de la misión, sigue siendo útil para los científicos, ya que les permite dar contexto a las observaciones que realizó durante sus dos días y medio de actividad.

Pero también permite resolver la pregunta de qué había sido de Philae antes de que termine la misión con el aterrizaje de Rosetta en 67P; es un bonito cierre para los que nos emocionamos con las aventuras de estos trozos de hierro y silicio que son nuestros enviados al sistema solar.

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