Allá por 2001 Rusia estaba estudiando el desarrollo de una primera etapa reutilizable para los cohetes Angara. Bautizada como Baikal tenía un ala que al despegar iba paralela al cuerpo del cohete pero que para la maniobra de vuelta a tierra se giraba 90º. También disponía de una toma de aire en la parte delantera para alimentar un motor RD-33 que le permitiría hacer un aterrizaje guiado en una pista como si fuera un avión. El sistema de guiado estaba basado en el de los transbordadores Burán, capaces de volver por sí solos del espacio.
Para 2016 el trabajo de desarrollo previo estaba básicamente terminado pero debido a la poca demanda que se le suponía a Baikal se decidió no construir ningún prototipo con el que hacer pruebas reales.
Sin embargo según se puede leer en Russia revives a fly-back booster… 17 years later la idea ha resucitado –más o menos. Roscosmos ha decidido financiar el trabajo de desarrollo preliminar de una primera etapa recuperable para un cohete capaz de lanzar cargas de hasta unos 600 kilos a una órbita sincrónica al sol.
Igual que Baikal esta nueva primera etapa será capaz de guiarse por sus propios medios a una pista de aterrizaje adecuada, aunque por las ilustraciones disponibles carece de toma de aire para un motor, por lo que es de suponer que usará su motor cohete para eso. La idea es que se pueda utilizar 50 veces sin necesidad de reemplazar sus motores principales, que usarán oxígeno y metano líquidos. La idea es abaratar en una vez y media o dos los lanzamientos, algo a lo que ayudará que esta primera etapa está diseñada para ser utilizada en un cohete que se pueda lanzar desde una plataforma móvil.
Su vuelo de prueba se estima para 2022, pero siendo como son las cosas del espacio es más que probable que se retrase. Si el proyecto no es cancelado igual que Baikal.