La órbita de Ryugu, el asteroide que está estudiando la sonda Hayabusa 2 de la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA) está a punto de colocarlo al otro lado del Sol desde el punto de vista de la Tierra.
Esto es lo que se denomina conjunción –técnicamente conjunción superior– y hará que dentro de poco sea imposible comunicarse con Hayabusa 2. De hecho va a ser imposible hacerlo desde unas semanas antes de que se produzca la conjunción y hasta unas semanas después porque además de luz visible el Sol emite en todo el espectro radioeléctrico y va a tapar tanto las señales que intente enviar la JAXA como las que intente enviar Hayabusa 2, de mucha menos potencia. Por eso desde el 28 de noviembre la sonda está en modo conjunción.
Para ello desde el control de la misión han programado una trayectoria que la alejará hasta algo más 100 kilómetros de Ryugu, lo que les da un amplio margen de seguridad porque no se puede calcular la trayectoria con total exactitud. Dependerá de factores como la presión de la radiación solar –la misma que la NASA usó para estabilizar el Kepler– y la gravedad de Ryugu y de la atracción gravitatoria del Sol. Esta maniobra sirve también para ensayar la maniobra de partida de la sonda de vuelta a la Tierra, lo que está previsto para finales de 2019.
Cuando Ryugu y Hayabusa 2 salgan por el otro lado del Sol, a finales de diciembre, la sonda debe estar ya de nuevo en las proximidades del asteroide en su posición de reposo a 20 kilómetros. Y para cuando se puedan retomar las comunicaciones desde el control de la misión se reiniciará la actividad científica.
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