Aún le quedan años para ser lanzado al espacio –si es que alguna vez pasa de de la fase de idea potencialmente molona– pero la NASA acaba de presentar Shapeshifter, un diseño conceptual de un robot capaz de cambiar de forma de manera autónoma para adecuarse a distintas tareas.
Consta de una serie de «cobots», robots colaborativos, capaces de unirse entre ellos en distintas configuraciones según la tarea a realizar, y de una base en la que se cargan. Los cobots están dotados de una o más hélices que les permiten moverse y de distintos puntos de conexión para unirse a sus colegas.
Distintas formas de Shapeshifter - NASA/JPL-Caltech/Marilynn Flynn
Dice la NASA que un dispositivo así sería ideal para estudiar sitios como Titán, donde sabemos que hay liquido en su superficie, pues los cobots podrían volar para hacer algunas observaciones, navegar e incluso sumergirse para otras, o formar una cadena enlazada por radio para explorar cuevas si las hay.
Pero por ahora el prototipo, impreso en 3D, es algo bastante más sencillo, formado por dos partes que son capaces de acoplarse y desacoplarse de forma autónoma. Y es que la autonomía es fundamental cuando hablamos de explorar rincones de nuestro sistema solar a los que las señales de radio –y por tanto las órdenes que les pudiéramos enviar– tardan horas en llegar.
Sin embargo lo que sí lanzaremos dentro de no mucho –en términos de misiones espaciales– hacia Titán es Dragonfly, un «dron» que volará de un sitio a otro de la luna de Saturno. Si todo va según lo previsto la idea es lanzar la misión en 2026 para que llegue en 2034 a Saturno.