Despegue del Atlantis en la misión STS-135 – Wicho
Hoy se cumplen diez años del lanzamiento del Atlantis en la misión STS-135, la última de los transbordadores espaciales de la NASA. Iban a bordo Chris Ferguson, Rex Walheim, Doug Hurley y Sandy Magnus. Su destino, como en todas las misiones de la última época de los transbordadores espaciales, la Estación Espacial Internacional. Su carga principal era el módulo logístico multipropósito (MPLM) Raffaello, que iba cargado hasta los topes de materiales y suministros para la Estación. A cambio se trajo de vuelta 2.600 kilos de materiales ya no necesarios a bordo de la EEI.
Y yo estuve allí para verlo en directo; de ahí la foto que está ahí arriba. Que, por cierto, está enlazada con mi cuenta de Flickr (sí, aún la tengo) por si queréis descargarla en alta resolución para hacer un póster, por ejemplo. Estuve allí porque pude participar en lo que la NASA bautizó como STS-135 Tweetup, un evento en el que unas 100 personas de todo el mundo que usábamos Twitter pudimos asistir al lanzamiento en directo. No había nadie más cerca del Atlantis que nosotros durante el lanzamiento que la tripulación y los equipos de emergencia. Un momento histórico que ponía fin a 30 años de servicio y 135 misiones.
Aparte de hacer fotos lo estuve tuiteando en directo desde el día antes, pues fue un evento de dos días. Aunque justo después del lanzamiento y de que se recuperar la WiFi, que conseguimos tumbar, no tuve mi momento más locuaz:
No. Tengo. Palabras.
— Wicho (@wicho) July 8, 2011
Pero quienes me habéis oído hablar de ello desde entonces en charlas, eventos, o simplemente alrededor de unas cañas, sabéis que aún alucino con aquello. Y todo gracias a tener un humilde blog y una cuenta de Twitter.
La retirada de los transbordadores espaciales dejó a la NASA en la peculiar situación de depender a partir de entonces de las cápsulas tripuladas Soyuz rusas para poder enviar tripulantes a la Estación. Fue algo aceptado desde el momento en el que se tomó la decisión de prescindir de los transbordadores. Pero seguro que nunca pensaron que pasarían casi diez años antes de que los Estados Unidos volvieran a disponer de una nave tripulada propia.
Y es que en aquel entonces acababa de arrancar el Programa de tripulación comercial con el que la agencia pretendía poder contratar con empresas privadas el lanzamiento de astronautas hacia la EEI. Sólo que en vez de conseguir hacer el primer lanzamiento en 2017 hubo que esperar a marzo de 2019 para el lanzamiento de la primera misión tripulada de prueba de una Crew Dragon de SpaceX. Y a 2020 para su entrada en servicio regular. A la Starliner de Boeing aún la están peinando; a ver si a finales de este mes hace su primer lanzamiento no tripulado con éxito. Que sería al segundo intento.
La Orión, la nave tripulada de la NASA, por su parte, sigue su leeeeeeeennnntoooo desarrollo, que lleva, de una forma u otra, en marcha desde principios de siglo. Y aún así es poco probable que su primera misión de prueba –no tripulada– sea lanzada antes de 2022.