La sonda Hayabusa 2 de la Agencia Japonesa de Exploración Espacial, que acompaña al asteroide Ryugu en su órbita desde finales de julio de 2018, lleva a bordo ni mas ni menos que cuatro aterrizadores que depositará en su superficie a lo largo de su misión.
El primero en ser desplegado será MASCOT, de Mobile Asteroid Surface Scout, Explorador móvil de la superficie del asteroide. Diseñado por el Centro Aeroespacial Alemán con contribuciones del CNES francés es un cubo de 30×30×20 centímetros y 10 kilos de peso. Lleva a bordo cuatro instrumentos –un espectrómetro infrarrojo, un magnetómetro, un radiómetro y una cámara– y tiene como objetivo estudiar la estructura de la superficie de Ryugu, su composición química, su comportamiento térmico, y las propiedades magnéticas del asteroide.
La idea es que sea lanzado en octubre de 2018, pero antes hay que escoger dónde colocarlo, para lo que los responsables de la misión ya han identificado diez posibles sitios:
La decisión no es trivial. Hay que tener en cuenta aspectos como la seguridad, aunque en este sentido la superficie de Ryugu es muy homogénea, así que casi da igual, la adecuación del sitio de aterrizaje a lo que se quiere medir con los cuatro instrumentos de a bordo, porque los requerimientos no son exactamente iguales para todos, y que además no puede aterrizar en un sitio cercano a donde Hayabusa 2 vaya a tomar muestras más adelante para evitar cualquier posible contaminación. Todo ello se complica un poco más porque MASCOT está diseñado para moverse a un segundo sitio usando un contrapeso interno para coger impulso, con lo que la selección del sitio de aterrizaje también se verá influida por la posibilidad de intentar moverse de uno a otro si están lo suficientemente cerca.
Ralf Jaumann, el investigador principal de MASCOT, cuenta en Landing on Ryugu – a surface with a view of boulders cómo está siendo el proceso de selección.
MASCOT, que ya ha sido despertado tras la travesía hasta Ryugu, que hizo en reposo, y cuyos sistemas funcionan perfectamente, obtendrá su energía tras la separación de Hayabusa 2 de una batería interna que le permitirá estar en funcionamiento unas 16 horas, lo que son dos días en Ryugu. Sus datos deberían estar en tierra como una semana después de su descenso.
Y después de MASCOT vienen las Minerva, bautizadas en honor al aterrizador de la misión Hayabusa que se perdió en el espacio. Minerva-II-1 está compuesta a su vez por dos subsondas que se separarán entre ellas cuando Hayabusa las libere y que tienen como objetivo ir dando saltos por la superficie de Ryugu para tomar medidas en distintos puntos. Minerva II-2 es similar, pero no está diseñada para moverse. Las tres están cubiertas de paneles solares, con lo que en principio deberían poder funcionar durante todo el tiempo que Hayabusa 2 esté en órbita alrededor del asteroide.
MASCOT está en Twitter como @MASCOT2018 y también tiene un blog.