Por @Wicho — 18 de abril de 2022

El SLS y el VAB durante el traslado del cohete a la plataforma de lanzamiento – NASA
El SLS y el VAB durante el traslado del cohete a la plataforma de lanzamiento – NASA

Ante la necesidad de Air Liquide de hacer algunas mejoras en la planta con la que suministra nitrógeno gaseoso a la plataforma 39B del Centro Espacial Kennedy la NASA ha decidido devolver el cohete SLS al Edificio de ensamblado de vehículos (VAB) para hacer algunas reparaciones en él y en su plataforma móvil de lanzamiento. Esto tras haber intentado hasta en tres ocasiones, sin conseguirlo, llevar a cabo el proceso de carga de propelentes y una cuenta atrás hasta 10 segundos antes del despegue. En dos de los tres intentos de carga hubo problemas de suministro desde esa planta.

La NASA aprovechará la vuelta al VAB para cambiar una válvula atascada en la segunda etapa del cohete y para intentar sellar correctamente la conexión de la plataforma móvil de lanzamiento al cohete que suministra hidrógeno líquido a los depósitos del SLS cuando está en la plataforma. La válvula es inaccesible mientras el cohete está en la plataforma; la conexión de suministro de hidrógenos sí podrían haberla mirado en la plataforma. Pero es todo más cómodo en el VAB.

Pero entre que preparan el cohete para su vuelta al VAB y hacen las reparaciones oportunas se les va a ir lo que queda de abril y buena parte de mayo si no todo. Luego hay que llevarlo de vuelta a la plataforma de lanzamiento y de nuevo ensayar la carga de propelentes como en el día de un lanzamiento, que era el objetivo de las tres pruebas llevadas a cabo sin éxito. Una vez superado ese paso el SLS tiene que volver al Edificio de ensamblado de vehículos para configurar y activar el sistema de seguridad que sirve para destruirlo en vuelo si es necesario. Y después de eso hay que devolverlo a la plataforma y prepararlo para el lanzamiento, lo que son unos veinte días.

Así las cosas es imposible que consigan aprovechar la ventana de lanzamiento de mayo, que va del 7 al 21. Y todo tendría que ir extremadamente bien para conseguir lanzar en la que va del 6 al 16 de junio, aunque la verdad es que también parece imposible que lleguen a esa dada la complejidad del sistema. Quizás, y es un quizás con muchas dudas, podrían llegar a la que va del 29 de junio al 12 de julio.

Pero estos retrasos suponen un problema bastante serio más allá del de la imagen de la agencia y de las empresas que se han encargado de construir el SLS y de proporcionarle servicios en tierra: los propulsores de combustible sólido que van a los lados del cohete y que proporcionan más del 75 % del impulso en los primeros minutos del lanzamiento están a punto de caducar. De nuevo. Porque de hecho lo que está a punto de caducar es la extensión que permitió no revisarlos al cumplirse los doce meses de su ensamblado como estaba originalmente estipulado. El punto más importante a revisar son las juntas entre los segmentos que forman los propulsores para asegurarse de que no se han deteriorado y que tras encenderlos no se producirá ningún escape entre las secciones. Habrá que ver qué decisión toma la agencia al respecto.

Nadie dijo nunca que lanzar cohetes fuera fácil aunque SpaceX haga parecer que sí lo es.

El SLS está en Twitter como @NASA_SLS; el equipo de tierra de la NASA que lo gestiona está en @NASAGroundSys.

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