Por Nacho Palou — 11 de Julio de 2017

Utilizando los datos obtenidos a través del radiotelescopio Alma (Atacama Large Millimetre/submillimetre Array, en Chile), un equipo de astrónomos han recreado una imagen tridimensional de las moléculas originadas en los restos de la supernova SN 1987A.

En la animación el color morado se corresponde a moléculas de monóxido de silicio (SiO). El amarillo representa la presencia de las moléculas de monóxido de carbono (CO). El anillo azul son datos procedentes del telescopio espacial Hubble y corresponde a moléculas de hidrógeno, o H-alfa, que en su caso está representadas artificialmente en 3D para que encaje con el resto del modelo.

Desde 1987 la observación de los restos dejados por la explosión de SN 1987A han revelado gran cantidad de información y de detalles acerca de la muerte de una estrella y de cómo este evento aparentemente destructivo a la vez crea nuevos átomos de carbono, oxígeno y de nitrógeno, los cuales se dispersan por el espacio y se combinan entre sí o con otros elementos y forman nuevas moléculas y polvo cósmico. Con el tiempo estas partículas microscópicas acabarán formando nuevas estrellas y planetas, explican desde el National Radio Astronomy Observatory.

La explosión de la supernova SN 1987A tuvo lugar en la Gran nube de Magallanes y fue 100 veces más luminosa que el Sol. Dada su relativa cercanía (163.000 años luz) y su luminosidad la supernova fue visible a simple vista. Su luz llegó a la Tierra el 23 de febrero de 1987 y fue la primera supernova cercana observada en la época actual. La anterior supernova de magnitud parecida tuvo lugar en 1604 (o más bien, su luz llegó a la Tierra el 9 de octubre de 1604) y también fue visible en el cielo a simple vista.

Además de la imagen 3D los datos obtenidos de SN 1987A por Alma han revelado nuevos detalles acerca de las inestabilidades físicas que se producen dentro de una supernova y de cómo cambian y evolucionan sus condiciones a lo largo del tiempo.

Más en Heart of an Exploded Star Observed in 3-D, vía Science Alert.

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