Una vez completado con éxito su sobrevuelo de Plutón en julio de 2015 el equipo de la sonda New Horizons, una sonda espacial con corazón de videoconsola, propuso una misión extendida aprovechando que todos los sistemas de a bordo funcionan a la perfección y que aún quedaba combustible suficiente como para apuntarla hacia un nuevo objetivo.
La propuesta fue aprobada, resultando elegido como objetivo 2014 MU69, un objeto del cinturón de Kuiper que ha sido bautizado informalmente como Ultima Thule por el equipo de la misión*. Las maniobras de corrección de trayectoria necesarias para llegar a él se llevaron a cabo mientras la New Horizons transmitía los datos que había recogido sobre Plutón y su sistema, lo que le llevó hasta octubre de 2016.
Luego la New Horizons fue puesta en hibernación en abril de 2017 para despertar de nuevo el septiembre para una campaña de observación del cinturón de Kuiper que duró hasta diciembre de ese año, cuando fue puesta de nuevo en hibernación.
Cuando está en hibernación la mayoría de los sistemas de a bordo están completamente inactivos, lo que sirve para alargar su duración. Esto también permite ahorrar dinero, ya que hay que dedicar menos recursos al seguimiento de la sonda, y permite al equipo centrarse en tareas como planificar la siguiente fase de la misión sin tener que estar pendientes del funcionamiento de la New Horizons.
Mientras «duerme» la New Horizons sólo envía un breve mensaje cada lunes para decir que sigue ahí y, una vez al mes, un mensaje algo más largo con algunos datos acerca de su estado general.
Pero hace unas horas que, respondiendo a los comandos previamente programados, se ha despertado para su encuentro con Ultima Thule, para no volver a dormirse –si todo va bien– el menos hasta 2020. Lo que no sabemos es si con ese siestón no se habrá perdido todos los avisos sobre el RGPD.
DSS 14 receiving data from @NewHorizons2015 at 9b/s.
— Deep Space Network (@dsn_status) 5 de junio de 2018
IN LOCK IN LOCK 1 TURBO
Una vez comprobado que todo funciona correctamente comenzará la fase de aproximación, que va desde el 16 de agosto hasta el 24 de diciembre de 2018. Durante ella la sonda observará atentamente su objetivo para determinar si la trayectoria escogida, que la llevará a tan sólo 3.500 de Ultima Thule, es segura; en caso de que no lo sea habrá que corregir el rumbo pero a cambio de pasar a unos 10.000 kilómetros, con lo que la calidad de las observaciones sufriría, aunque aún así será casi infinitamente mejor que cualquier cosa que sabemos de cualquier KBO en la actualidad.
Primeras comprobaciones tras el toque de diana
Después de la fase de aproximación viene la fase principal del encuentro con MU69, que dura desde una semana antes hasta dos días después del momento de máxima aproximación, programado para la 6:33, hora peninsular española, del 1 de enero de 2019. Igual que en el caso de Plutón la New Horizons tendrá que hacer todo en automático –las señales de radio tardan más de 5 horas y media en llegarle– y si todo va bien y no hay sorpresas inesperadas en las horas siguientes al encuentro hará una transmisión de los datos más importantes por si se rompiera algo.
A partir de ahí se pasará la mayor parte de 2019 transmitiendo todos los datos recogidos, aunque también echará un ojo a otros KBO en los ratos en los que no esté transmitiendo datos.
Si la llegada de la New Horizons a Plutón fue un momento histórico porque fue la primera vez que llegamos al último de los planetas del sistema solar la llegada a Ultima Thule no lo es menos porque será la primera vez que lleguemos a un objeto del cinturón de Kuiper, que se convertirá en el objeto más lejano que hayamos estudiado de cerca jamás. Y promete ser interesante. También será, con toda probabilidad, el objeto que más intacto permanece desde la formación del sistema solar, con lo que la visita a Ultima Thule será, en cierto modo, también un viaje al pasado.
Eso sí, será también una visita breve porque, igual que en el caso de Plutón, la New Horizons no lleva ni de lejos, el combustible necesario para entrar en órbita a su alrededor, así que habrá que buscarle nuevos objetivos a la New Horizons.
En estos momentos la misión tiene fondos asegurados hasta 2021, aunque es probable que la misión vuelva a ser extendida mientras la sonda siga funcionando correctamente, aunque habrá que ver hasta cuando. En cualquier caso no más allá de aproximadamente 2037, cuando se calcula que su generador termoeléctrico de radioisótopos, su fuente de energía, dejará de producir la suficiente electricidad como para mantenerla en funcionamiento
La New Horizons está en Twitter como @NewHorizons2015. Su investigador principal es @AlanStern. Y Ultima Thule es @2014Mu69
(Algunos datos vía NASA Spaceflight).
*A mi me sigue pareciendo que Tiramisú habría estado mejor. Y era una opción. No, en serio.
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