Una conversación con compañeros de trabajo acerca de sonificaciones me ha llevado a acordarme de que al final no había escrito nada sobre los sonidos que se supone que ha grabado la sonda Insight de la NASA en Marte
Digo que se supone porque por un lado hasta ahora hemos intentado colocar micros en Marte en dos ocasiones y en las dos hemos fallado. El primer micro que enviamos hacia Marte iba a bordo del Mars Polar Lander, que se estrelló en 1998. El otro iba en el Phoenix Mars Lander, que si bien aterrizó sin problemas el 25 de mayo de 2008 lo hizo con su cámara de descenso, que incluía un micrófono, apagada por temor a que un sutil problema en su interfaz con la electrónica del aterrizador pudiera desestabilizarlo.
Insight no lleva ningún micro con el que grabar esos sonidos. Lo que hizo la NASA fue tunear los datos recogidos por los sensores de presión atmosférica y las vibraciones causadas por el viento en los paneles solares y recogidas por el sismógrafo antes de ser colocado en el suelo para que entren en el rango de frecuencias que podemos oír los humanos. A pelo los datos recogidos quedan fuera del espectro audible. De ahí que el hablar de sonificaciones me recordara lo de estos «sonidos».
Tal y como están las cosas el primer micro que coloquemos en Marte será, si todo va bien, el que lleva el rover que la NASA lanzará rumbo a Marte en 2020.
Por otro lado, y aquí podemos ponernos un poco filosóficos, depende un poco de lo que estemos dispuestos a aceptar como sonido. Para los físicos –citando a la Wikipedia– un sonido es «es cualquier fenómeno que involucre la propagación de ondas mecánicas (sean audibles o no), generalmente a través de un fluido (u otro medio elástico) que esté generando el movimiento vibratorio de un cuerpo.»
Pero yo creo que para poder hablar de sonido como todo el mundo lo entiende tendrían que ser sonidos audibles por un ser humano. Y de hecho la nota de prensa del JPL entrecomilla la palabra sonidos la primera vez que sale.
Así que estoy dispuesto a apostar quince gallifantes contra una moneda de cuatro euros a que cuando el rover de 2020 capte sus primeros sonidos la NASA volverá a sacar una nota de prensa diciendo que por primera vez han grabado sonidos en Marte. Y entonces sí les daré la razón.
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