Un suave –para los estándares de estas cápsulas, cuyos aterrizajes han sido descritos como una serie de violentas colisiones– aterrizaje en Kazajistán ponía fin a las 3:31 del 28 de febrero, hora peninsular española, a la misión de la cápsula tripulada Soyuz MS-06. En ella volvían a tierra Aleksandr Misurkin de Roscosmos y Mark Vande Hei y Joe Acaba de la NASA tras haber pasado 168 días en la Estación Espacial Internacional.
Allí formaron parte de las Expediciones 53 y 54 y al contar con un tripulante extra en el segmento estadounidense de la Estación –Rusia ha decidido reducir a dos los de su segmento mientras no esté en órbita el módulo Nauka– han establecido nuevas marcas en lo que se refiere a tiempo dedicado a investigación, llegando a un pico de 100 horas a la semana frente a las 40 que eran la norma antes. Y es que el tripulante extra apenas supone un aumento de las tareas de mantenimiento con lo que casi puede dedicarse por completo a trabajar en experimentos. En total las expediciones 53 y 54 han participado en 297 experimentos durante su tiempo a bordo de la EEI.
También participaron en la gestión de cinco cápsulas de carga y seis paseos espaciales, cinco de ellos para poner a punto y actualizar el brazo robot de la Estación y el otro para dotar, por fin, de conexión de banda ancha al segmento ruso de la EEI.
Y ya de vuelta Misurkin, Vande Hei y Acaba seguirán sirviendo a la ciencia haciendo ellos mismos de conejillos de indias para toda una serie de experimentos extra para ver cómo reaccionan sus cuerpos a estar de nuevo en tierra.
Dejan a bordo de la Estación a Anton Shkaplerov de Roscosmos como comandante y a Scott D. Tingle de la NASA y Norishige Kanai de la JAXA como ingenieros de vuelo, a la espera de que se les unan Oleg Artemyev de Roscosmos y Andrew J. Feustel y Richard R. Arnold de la NASA, cuyo lanzamiento está previsto para el 21 de marzo de 2018 a bordo de la Soyuz MS-08.
Tanto Shkaplerov como sus ingenieros de vuelo tienen cuenta en Twitter; yo los sigo en mi lista En el espacio.