Ahora que SpaceX tiene controladísimo lo de recuperar la primera etapa de sus cohetes está intentando ir un paso más allá con la recuperación de las cofias que protegen la carga útil durante los primeros minutos del lanzamiento. La cofia es fundamental para que el rozamiento con la atmósfera no destroce la carga de los cohetes pero más allá de los 3 ó 4 minutos del lanzamiento, dependiendo del perfil de la misión, ya no es necesaria y se deja caer al mar. Pero cada cofia cuesta entre cinco y seis millones de dólares, así que si se pudiera recuperar para ser reutilizada sería un interesante ahorro.
Para ello SpaceX ha incorporado unos sistemas de guiado en cada una de las mitades de las cofias que primero mediante unos propulsores de gas y luego con un parapente las dirigen a un punto concreto en el que la espera Mr. Steven, un barco al que se le ha añadido una gran red en la que tiene que aterrizar la cofia.
Lleva intentándolo desde marzo de 2017 con el lanzamiento del satélite de comunicaciones SES-10, pero por unas cosas o por otras aún no lo han conseguido. Sin embargo en el lanzamiento de la misión Crace-FO una de la mitades de la cofia amerizó a menos de 50 metros de Mr. Steven, así que es posible que en pocos lanzamientos más SpaceX se salga con la suya.
No sirve que caigan en el mar, por muy suavemente que lo hagan, ya que eso deja algunos de los sistemas de a bordo potencialmente dañados por el agua salada y desmontarla para comprobarlos no compensa; del mismo modo sellar esos sistemas contra las salpicaduras tampoco.
Y para cuando consigan recuperar de forma rutinaria la primera etapa y la cofia ya están recopilando datos para ver si pueden hacer lo propio con la segunda etapa, que según el perfil de algunas misiones, también puede ser recuperable.